Elisa y su amigo especial
Érase una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Elisa. Desde muy pequeña, Elisa había tenido que enfrentarse a una enfermedad crónica que la obligaba a ir al médico con frecuencia.
A pesar de esto, Elisa era una niña muy alegre y siempre encontraba la manera de hacer reír a los demás. Tenía una imaginación desbordante y le encantaba dibujar, escribir cuentos, y soñar con grandes aventuras.
Un día, mientras estaba en la sala de espera del consultorio, conoció a un nuevo doctor. Se llamaba Lucas y tenía una sonrisa amigable y cálida. Era joven y siempre hablaba con los pacientes de manera amena. Elisa no pudo evitar sentirse fascinada por él.
"Hola, Elisa. Soy el Dr. Lucas. ¿Cómo te sentís hoy?" - le preguntó mientras se agachaba a su altura.
"Hola, doctor. Me siento un poco cansada, pero estoy bien. ¿Puedo mostrarte algo?" - respondió Elisa emocionada mientras sacaba de su mochila un dibujo de un dragón volador.
"¡Guau, qué increíble! ¡Es el dragón más lindo que he visto!" - exclamó Lucas, imaginándose la aventura del dragón por el cielo.
Desde ese día, cada vez que Elisa iba a sus consultas, Lucas le prestaba atención y le hacía muchas preguntas sobre sus dibujos y su vida. La relación entre ambos se volvía cada vez más especial.
Un día, mientras estaban hablando sobre las aventuras de su dragón, Lucas le dijo:
"Elisa, si tu dragón pueda volar, ¿hacia dónde iría?"
Elisa pensó por un momento y respondió:
"Iría al país de los cuentos, donde todos los sueños se hacen realidad. Pero tengo que cuidarlo, porque es muy pequeño y necesita ayuda para volar lejos."
Lucas sonrió, entendiendo que a veces, las historias y los sueños son lo que realmente nos puede ayudar a seguir adelante. Pero un día, se tomó un tiempo para hablar de algo importante.
"Elisa, a veces el camino puede ser difícil y puede haber cosas que no podemos controlar. Es normal sentirse triste o enojada. ¿Estás bien con eso?" - le preguntó con preocupación.
"Sí, doctor. A veces me siento así, pero también sé que tengo a mis amigos y a mi familia que me apoyan. Y tú me haces sentir mejor cuando hablamos."
La conexión entre ellos se volvía cada vez más intensa, y Elisa se dio cuenta de que estaba desarrollando un pequeño enamoramiento por el doctor. Sin embargo, entendía que él era su médico y que debían mantener la relación en un plano amistoso y respetuoso.
Un día, Elisa decidió hacer un gran dibujo para regalarle a Lucas como agradecimiento por siempre apoyarla:
"Doctor, hice algo especial para vos. ¡Es nuestro dragón volador!" - le explicó mientras le entregaba el dibujo.
Lucas lo miró con asombro.
"Es hermoso, Elisa. Gracias. Siempre serás mi artista favorita. ¿Sabés qué? Este dibujo lo colgaré en mi consultorio para acordarme de vos cada día."
Los meses pasaron volando y Elisa seguía creciendo. Un día, Lucas le compartió una noticia importante cuando la vio:
"¡Elisa! ¡Vine a decirte que voy a recibir a un grupo de estudiantes de medicina para enseñarles sobre la importancia de cuidar a sus pacientes! ¿Te gustaría venir?"
Elisa no lo podía creer:
"¡Claro! Me encantaría. Tal vez pueda contarles sobre mi dragón y lo que significa para mí."
Ese día, Elisa compartió su historia y todos los estudiantes la escucharon con atención. Lucas se sintió muy orgulloso de ella y, al final, le dijo frente a todos:
"Elisa nos muestra que la esperanza y la creatividad son herramientas poderosas para enfrentar lo que sea que venga. Nunca dejen de soñar."
Elisa entendió que su conexión con Lucas era especial, pero lo más importante era que había encontrado en él un mentor que la inspiraba a ser fuerte. Aprendió que los lazos de amistad y admiración son diferentes al amor, y que lo más valioso es tener personas que nos apoyan en nuestro camino.
Eliza siguió dibujando y soñando con aventuras, pero a partir de entonces, sabía que, ya sea en el consultorio o en su camino hacia el país de los cuentos, siempre llevaría a su dragón volador en su corazón, y a su amigo Lucas como un gran apoyo. Y así, siguió creciendo, enfrentando cada desafío con una sonrisa, dejando volar su imaginación y llevando un poco de magia a la vida de todos a su alrededor.
FIN.