Ellen y el zorro de la exposición



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña llamada Ellen. Ellen era una niña muy especial, ya que amaba a los animales con todo su corazón.

Pasaba horas cuidando a los pajaritos heridos que encontraba en el jardín de su casa y siempre se aseguraba de darles comida y agua hasta que estuvieran fuertes para volar de nuevo. Además de su amor por los animales, Ellen tenía otra pasión: el dibujo.

Desde que era muy pequeña, le encantaba pasar horas dibujando en su cuaderno todos los animales que veía en su día a día. Sus padres siempre la apoyaban y la animaban a seguir practicando para mejorar cada día más.

Un día, mientras paseaba por el bosque cerca de su casa, Ellen encontró un zorrito herido. Sin dudarlo un segundo, lo llevó a su casa y lo cuidó con mucho cariño hasta que estuvo completamente recuperado.

Durante ese tiempo, Ellen aprovechó para dibujar al zorrito en todas sus facetas: jugando, comiendo y durmiendo plácidamente.

Un mes después, cuando el zorrito estaba listo para volver al bosque, se despidió de Ellen con tristeza en sus ojos pero también con gratitud por haberle salvado la vida. Antes de irse, le dejó un collar brillante como regalo como muestra de su eterno agradecimiento.

Ellen siguió creciendo y desarrollando sus talentos no solo en el cuidado de los animales y el dibujo, sino también en otras áreas que le apasionaban: la lectura y el inglés.

Todos los días después del colegio se sentaba en su rincón favorito con un libro entre las manos y viajaba a mundos fantásticos llenos de aventuras e historias increíbles. Su interés por el inglés también fue creciendo poco a poco gracias a las clases particulares que recibía con una profesora muy dedicada.

Pronto pudo leer libros enteros en inglés sin dificultad y soñaba con algún día poder viajar al extranjero para conocer nuevos lugares y culturas. Un año después del encuentro con el zorrito herido, Ellen decidió organizar una exposición benéfica para recaudar fondos para ayudar a otros animales necesitados.

Mostró todos sus dibujos inspirados en la naturaleza y los animales del bosque junto con algunos relatos cortos escritos por ella misma.

La exposición fue todo un éxito y lograron recaudar suficiente dinero para construir un refugio para animales abandonados donde podrían recibir cuidados y cariño hasta encontrar un nuevo hogar.

Desde entonces, Ellen siguió dedicando parte de su tiempo libre al cuidado de los animales necesitados mientras continuaba desarrollando sus habilidades artísticas, disfrutando de buenas lecturas e incorporando nuevas palabras en inglés a su vocabulario cada día.

Y colorín colorado este cuento ha terminado pero la historia de Ellen sigue viva llena de amor por los animales, pasión por el arte, fascinación por la lectura e interés por aprender idiomas ¡Qué ejemplo tan inspirador nos deja esta valiente niña!

FIN.

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