Elmer y el Día de la Diversidad
Elmer era un elefante muy especial. Su piel brillaba con colores vibrantes, desde el amarillo limón hasta el rojo intenso. En la selva, todos los demás elefantes eran de un gris común, y esto hacía que Elmer se sintiera un poco extraño.
Un día, mientras paseaba por la selva, se encontró con sus amigos, los otros animales. Todos estaban hablando sobre el gran evento que se acercaba: ¡El Día de la Diversidad!"Elmer, vení! ¿Estás emocionado por la fiesta?", le preguntó la jirafa Rita.
"Sí, pero a veces siento que no encajo. Todos son tan similares, y yo soy diferente", respondió Elmer mientras miraba su reflejo en el charco.
Rita, tierna como siempre, le dijo:
"La diversidad es lo que hace este lugar especial, Elmer. Tu colores alegran nuestra selva!"
Esa noche, Elmer no pudo dejar de pensar en lo que le había dicho Rita. Pero mientras más pensaba, más inseguro se sentía. Decidió visitar a su amigo el loro Pablo, que siempre tenía buenas palabras.
"Pablo, ¿por qué soy tan diferente?", preguntó Elmer.
"Porque eso es lo que te hace único. Sin tu color, la selva sería un lugar aburrido. ¡La diferencia es lo que nos une!", le respondió el loro, llenando el aire con su colorido canto.
Elmer sonrió, pero aún no estaba del todo convencido.
El día de la fiesta llegó, y todos los animales estaban preparando sus trajes. Elmer se sintió un poco nervioso. Mientras observaba a los demás, notó que estaban disfrutando de su singularidad. La cebra llevaba un disfraz de arcoíris y el pato había pintado plumas de muchos colores.
Cuando fue su turno de presentarse en la fiesta, Elmer, temblando un poco, se adelantó al escenario.
"Hola a todos, soy Elmer... y soy diferente."
Los animales se quedaron en silencio durante un momento, ¿qué diría Elmer después?"Pero eso está bien, porque cada uno de nosotros tiene algo único que ofrecer. ¡Juntos hacemos de este lugar un hogar más alegre!"
Las palabras de Elmer llenaron el aire. De repente, los otros animales comenzaron a aplaudir y a animar.
— "¡Bravo, Elmer!" gritó Pablo.
"Sí, Elmer, sos un elefante increíble!" gritó Rita desde la multitud.
Con cada palabra de aliento, Elmer comenzó a darse cuenta de que sus colores representaban la alegría y la amistad entre todos los seres de la selva. Sin su presencia, la fiesta no habría sido la misma.
Desde ese día en adelante, Elmer no se volvió a sentir raro. En cambio, celebró su diversidad y la de sus amigos. Él entendió que estar diferente no solo era algo normal, ¡sino algo para festejar!
Como símbolo de esto, Elmer tuvo una idea. Decidió crear un mural gigante en el centro de la selva donde todos los animales pudieran expresarse con colores y formas, mostrando así su individualidad.
Y así, gracias a su valentía y a sus amigos, Elmer transformó la selva en un lugar lleno de color y alegría, donde cada uno aprendió a celebrar sus diferencias y lo que los hacía especiales. Elmer, el elefante de colores, se dio cuenta de que lo mejor de ser diferente, era poder compartirlo con los demás y hacer que todos se sintieran como en casa.
Y desde entonces, la selva fue conocida como la Tierra de la Diversidad.
- Y Elmer, el elefante de colores, nunca más se sintió raro. Se sintió libre y feliz.
Fin.
FIN.