Elvia y el Caballero de las Estrellas


Había una vez una niña llamada Elvia, a la que le encantaba jugar y observar las estrellas en el cielo. Pasaba muchas noches mirando a las estrellas desde su ventana, soñando con explorar el cosmos.

A pesar de su alegría, Elvia se sentía un poco triste porque casi siempre estaba sola. Un día, mientras caminaba por el parque, se encontró con un caballero muy elegante, con una capa brillante y una sonrisa encantadora.

El caballero se acercó a Elvia y le dijo: "¡Hola, pequeña exploradora de estrellas! Tengo muchas historias que contarte sobre el universo y los secretos que esconde".

Emocionada, Elvia se sentó junto al caballero y escuchó maravillada todas las historias que le contaba sobre planetas lejanos, galaxias misteriosas y constelaciones llenas de magia. El caballero la llevaba de aventura en aventura a través de sus relatos, y Elvia se sentía emocionada y feliz. Sin embargo, con el tiempo, el caballero empezó a cambiar.

Sus historias se volvieron más oscuras y sus palabras más hirientes. Elvia se sentía confundida y triste por el cambio en su amigo. Un día, el caballero le dijo cosas hirientes y se burló de sus sueños, dejando a Elvia con el corazón roto.

Llorando, Elvia se alejó del caballero y decidió buscar fuerzas en su interior para superar el dolor que le provocó.

Entonces recordó todas las historias maravillosas que había escuchado, especialmente aquellas que hablaban sobre la valentía, la determinación y la constancia. Con esas historias como guía, Elvia decidió levantarse y seguir adelante, sin permitir que las palabras hirientes del caballero la detuvieran. Comenzó a compartirlas con otros niños, llevando alegría a sus corazones y formando nuevas amistades.

Aprendió que, a pesar de los momentos difíciles, siempre hay esperanza y valentía en su interior para seguir adelante. Con el tiempo, Elvia descubrió que no importa cuántas veces caigas, sino cuántas veces te levantes.

Y así, cada noche, Elvia continuó observando las estrellas, pero esta vez acompañada por sus nuevos amigos, sabiendo que la verdadera magia no solo está en el cielo, sino también en el corazón de aquellos que creen en sí mismos y comparten su luz con los demás.

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