Elvira, Sofía, Máximo y el Amor Incondicional
Había una vez en un pequeño pueblo, una mamá llamada Elvira, su hijo Máximo en crecimiento en su vientre, y su hija Sofía.
Elvira estaba emocionada por la llegada de su nuevo bebé, pero también se sentía cansada y con dolores en la espalda y la barriga. A pesar de todo, el papá de los niños, Martín, los amaba mucho y quería hacer todo lo posible para ver feliz a su querida esposa.
Un día, Elvira estaba sentada en el jardín, sintiéndose un poco triste por los malestares del embarazo. Sofía se acercó y le preguntó qué le pasaba. - Mamá, ¿por qué estás triste? - preguntó Sofía con ojos preocupados.
Elvira le sonrió dulcemente y le dijo: - No estoy triste, mi amor, solo un poco cansada. Pero no te preocupes, todo estará bien. Martín llegó con una gran sorpresa: había organizado una pequeña fiesta en el jardín para animar a Elvira.
Decoraron el lugar con globos y flores, y prepararon la comida favorita de Elvira. Cuando Elvira vio la sorpresa, sus ojos se iluminaron de felicidad. - ¡Oh, esto es maravilloso! ¡Qué hermosa sorpresa! - exclamó Elvira emocionada.
Sofía y Martín se acercaron a abrazarla, y entre risas y juegos, disfrutaron de un momento especial en familia. A partir de ese día, Martín se aseguró de ayudar a Elvira con las tareas del hogar y de cuidar de Sofía para que su mamá pudiera descansar.
Elvira se sentía muy amada y agradecida por tener una familia tan cariñosa. Los días pasaron, y Máximo finalmente llegó al mundo. Elvira, Martín, Sofía y Máximo formaban una familia llena de amor.
A pesar de los desafíos y cansancio que conlleva ser mamá, Elvira nunca dejó de sonreír, porque sabía que el amor de su familia era su mayor tesoro.
FIN.