Empatilandia
En un hermoso estanque vivían dos patitos muy amigos: Pato y Pati. Ambos iban a la misma escuela de patitos, donde aprendían sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia de ser buenos amigos. Cada mañana, Pato y Pati se encontraban en la orilla, listos para una nueva aventura.
Un día soleado, la maestra, la Sra. Señoriñera, les anunció que organizarían un concurso para ver quién podía recoger más basura del estanque. El ganador recibiría un fabuloso diploma de ‘Patito Más Limpio’.
"¡Yo voy a ganar!" - dijo Pato, emocionado.
"Yo solo quiero ayudar a que nuestro estanque quede limpio" - respondió Pati, con una sonrisa.
El día del concurso, todos los patitos estaban muy animados. Cada uno tenía su bolsa de basura en el pico, listos para recolectar. Pato, un poco más competitivo, empezó a correr de un lado a otro buscando la mayor cantidad de residuos. Pati, en cambio, iba despacito, asegurándose de no dejarse nada atrás y recogiendo también algunos desperdicios que estaban difíciles de ver.
De repente, Pato escuchó un grito. Era su amigo Teo, un pequeño patito verde que había tropezado y se había caído en un charco.
"¡Ayuda!" - gritó Teo, tratando de levantarse.
Pato, confundido, miró hacia la bolsa de basura que casi estaba llena. A lo lejos, vio a Pati, que se había dado cuenta y corría hacia Teo. Pato sintió un tirón en su corazón.
"¿Debería ayudarlo o seguir llenando mi bolsa?" - pensó.
Finalmente, Pato hizo algo inesperado. Corrió hacia Teo y lo ayudó a levantarse.
"Gracias, Pato. No sé qué haría sin vos" - dijo Teo, sonrojándose.
"No hay problema, amigo. Todos debemos apoyarnos" - respondió Pato.
Mientras ambos ayudaban a Teo, Pati se unió a ellos, sonriendo.
"Juntos somos más fuertes" - dijo Pati.
Después de ayudar a Teo, los tres regresaron al concurso. Aunque su bolsa no estaba tan llena como la de otros patitos, sentían que habían hecho lo correcto. Al final del día, todos se reunieron para contar cuánta basura habían recogido. Pato y Pati se miraron, sabiendo que lo habían hecho bien.
La Sra. Señoriñera empezó a contar y se sorprendió al ver que el grupo de Pato había recogido un poco menos que otros. Entonces, dijo:
"Pero más allá de la cantidad, lo que importa es el esfuerzo y la ayuda a los demás. Este año, el premio especial de ‘Patito Más Limpio’ se lo lleva el grupo que ayudó a su compañero Teo. Por ser solidarios, todos ustedes son ganadores".
Pato y Pati se miraron y sonrieron. En ese instante, comprendieron que la verdadera victoria no era el diploma, sino el compañerismo y la empatía que habían mostrado.
"Esta es una gran lección sobre lo que significa ser amigos" - dijo Pato, asintiendo.
"¡Sí, y sobre ser honestos!" - agregó Pati.
Desde aquel día, el estanque no solo era más limpio, sino que también se llenó de historias de amistad y solidaridad. Juntos, Pato y Pati aprendieron que la empatía y la honradez hacen de Empatilandia un lugar maravilloso para vivir.
Y así, los dos patitos siguieron compartiendo aventuras, creciendo cada día en su amistad y en su deseo de cuidar su hogar, el estanque de Empatilandia.
FIN.