En busca de Juan
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un perro llamado Ruffo, un gato llamado Mishi, un conejo llamado Saltarín, un loro llamado Colo y una tortuga llamada Shell.
Todos ellos vivían juntos en la casa de su amable dueño Juan, quien los cuidaba con mucho cariño. Una tarde, mientras Juan paseaba con sus mascotas por el parque, ocurrió algo inesperado. Un fuerte viento sopló y arrastró a Juan lejos de sus mascotas.
Los animales se quedaron solos y asustados en medio del parque. Ruffo, Mishi, Saltarín, Colo y Shell se reunieron para decidir qué hacer. "¡Tenemos que encontrar a Juan!", dijo Ruffo con determinación. "Sí, no podemos dejarlo solo", maulló Mishi preocupado. "Pero...
¿cómo lo encontraremos? ¡No sabemos ni por dónde empezar!", exclamó Saltarín saltando nervioso. "Tranquilos amigos. Debemos trabajar juntos y seguir nuestro instinto", dijo Colo batiendo sus alas.
Shell asintió lentamente con su cabeza mientras pensaba en cómo podrían lograrlo. Decidieron emprender un viaje en busca de su querido dueño. Ruffo lideraba el grupo con su agudo olfato seguido por Mishi que buscaba pistas entre los arbustos.
Saltarín brincaba alto para ver desde arriba cualquier indicio mientras Colo volaba sobre ellos gritando "¡Juan! ¡Juan!". Shell avanzaba lentamente pero sin pausa junto al grupo.
Después de recorrer varios kilómetros y enfrentarse a diversos peligros como ríos caudalosos y animales salvajes, llegaron a la ciudad donde habían perdido a Juan. Con valentía y astucia lograron seguir las huellas que él había dejado sin darse cuenta. Finalmente llegaron a una plaza donde vieron a Juan sentado en una banca mirando triste hacia el horizonte.
Los animales corrieron emocionados hacia él ladrando, maullando, graznando y chillando de felicidad al reencontrarse. Juan los abrazó llorando de alegría al verlos sanos y salvos.
Les contó que había estado buscándolos desesperadamente desde que se separaron por el viento repentino. "¡Nunca más nos separaremos!", dijo Ruffo moviendo la cola feliz. "Somos una familia inseparable", ronroneó Mishi acurrucándose junto a Juan. "Juntos podemos superar cualquier obstáculo", afirmó Saltarín dando saltitos de alegría.
Colo revoloteaba contento cantando melodías llenas de esperanza. Shell sonreía lentamente sintiéndose completa al lado de sus amigos y su amado dueño.
Desde ese día, Ruffo, Mishi, Saltarín, Colo Y Shell aprendieron que la verdadera fuerza está en la unidad y el amor entre amigos fieles e incondicionales como ellos mismos lo eran junto a su querido dueño Juan. Juntos vivieron muchas aventuras más sabiendo que siempre estarían unos para otros pase lo que pase.
Y colorin colorado este cuento ha terminado pero nuestra amistad continúa hasta el final.
FIN.