En busca de la Fuente de la Sabiduría



Había una vez en un lejano país llamado Imaginación, donde habitaban seres muy peculiares y encantadores.

Entre ellos se encontraban Coreano, el conejo muy curioso; Guayaquileño, el loro parlanchín; Costeño, la tortuga tranquila; Caballito, el caballo veloz; y Librote, el libro sabio. Un día soleado de primavera, los cinco amigos decidieron aventurarse juntos por el Bosque Encantado en busca de la Fuente de la Sabiduría.

Según las leyendas del lugar, quien lograra beber de sus aguas obtendría conocimientos infinitos. - ¡Estoy emocionado por esta aventura! -exclamó Coreano mientras saltaba de un lado a otro. - Sí, será genial descubrir qué secretos nos espera en la Fuente de la Sabiduría -agregó Guayaquileño con entusiasmo.

Los amiguitos recorrieron caminos empedrados y atravesaron ríos cristalinos hasta llegar finalmente a un claro donde se alzaba majestuosa la Fuente de la Sabiduría. Sus aguas brillaban bajo los rayos del sol y desprendían un suave resplandor que iluminaba todo a su alrededor.

- ¡Wow! ¡Es realmente hermosa! -exclamó Costeño maravillada. - Vamos a beber todos juntos para que ninguno se quede sin saber lo que esconden estas aguas mágicas -propuso Caballito con nobleza.

Uno a uno, los amigos bebieron del agua fresca y pura de la fuente.

De repente, algo extraordinario comenzó a suceder: Coreano adquirió una increíble rapidez mental; Guayaquileño mejoró aún más su capacidad para hablar idiomas; Costeño sintió cómo su calma interior se volvía aún más profunda; Caballito aumentó su fuerza física y velocidad; y Librote brillaba con mayor intensidad que nunca antes. Llenos de asombro por sus nuevas habilidades, decidieron ponerlas al servicio de quienes más lo necesitaban en Imaginación.

Coreano ayudaba a resolver acertijos complicados con rapidez; Guayaquileño traducía antiguos textos olvidados por siglos; Costeño calmaba los corazones afligidos con sus palabras sabias; Caballito transportaba medicinas rápidamente a lugares remotos; y Librote enseñaba historias ancestrales para no perder jamás la memoria colectiva del pueblo.

Así pasaron los días en Imaginación, donde Coreano, Guayaquileño, Costeño,, Caballito y Librote se convirtieron en héroes admirados por todos. Su amistad inquebrantable y sus dones especiales les permitieron vivir aventuras inolvidables llenas de aprendizaje y solidaridad hacia los demás.

Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda: siempre hay magia dentro tuyo si sabes dónde buscarla.

FIN.

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