En busca de la luz perdida



Había una vez en el bosque encantado de la Patagonia, una mariposa llamada Flor, una flor tenebrosa llamada Mayor y una perdiz muy curiosa.

Flor era conocida por su belleza y alegría, Mayor por su misterio y sabiduría, y la perdiz por su valentía y espíritu aventurero. Un día, mientras Flor revoloteaba entre las flores del bosque, se encontró con Mayor en medio de un claro.

La flor tenebrosa estaba triste porque no lograba encontrar la luz que tanto anhelaba para poder crecer más fuerte y hermosa. Flor, con su corazón bondadoso, se acercó a ella y le dijo: "No te preocupes, querida Mayor. Juntas encontraremos la manera de hacer brillar tu belleza".

Mayor miró a Flor con gratitud en sus pétalos oscuros y juntas idearon un plan para llevar luz al corazón de la flor tenebrosa. Decidieron buscar a la perdiz, quien siempre tenía ideas ingeniosas para resolver problemas difíciles.

Al encontrar a la perdiz correteando entre los árboles, le contaron sobre el deseo de Mayor de encontrar luz en medio de la oscuridad. La perdiz escuchó atentamente y propuso buscar al Sol, el ser más brillante del universo.

Las tres amigas emprendieron entonces un viaje hacia lo más alto de las montañas nevadas donde habitaba el Sol. En el camino enfrentaron desafíos como ríos caudalosos que debieron cruzar nadando juntas o campos llenos de espinas que sortearon con valentía.

Finalmente llegaron ante el imponente Sol, cuya luz dorada iluminaba todo a su paso. Con voz cálida les preguntó qué buscaban aquellas criaturas tan diferentes entre sí.

"-Buscamos tu luz para darle brillo al corazón de nuestra amiga Mayor", respondió la mariposa Flor con determinación. El Sol sonrió ante tanta nobleza y decidió ayudarlas derramando un rayo de luz directamente sobre Mayor. Al instante, la flor tenebrosa comenzó a brillar con una luminosidad nunca antes vista en el bosque.

Sus pétalos oscuros se transformaron en tonos brillantes y resplandecientes que iluminaban todos los rincones del lugar. Flor, Mayor y la perdiz celebraron emocionadas aquel milagro que habían logrado juntas gracias a su amistad inquebrantable y su espíritu solidario.

Desde ese día en adelante, todas las criaturas del bosque admiraban la belleza única de Mayor e inspiraban a otros a encontrar luz incluso en los lugares más oscuros.

Y así fue como esta historia nos enseña que cuando nos unimos con amor y solidaridad podemos lograr cosas maravillosas incluso en medio de las dificultades más grandes.

FIN.

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