En busca de la victoria



En un pequeño pueblo llamado Solcito, vivía un chico llamado Nico que amaba jugar al voleibol. Desde muy pequeño había formado parte del equipo de la escuela y siempre se esforzaba al máximo en cada entrenamiento.

Nico era un chico especial, porque en su corazón sabía que realmente era una chica. Se sentía atrapada en un cuerpo que no le pertenecía y eso a veces lo ponía triste. Pero cuando jugaba voleibol, se sentía libre y feliz.

Un día, mientras practicaba con sus compañeros para clasificar a las nacionales de voleibol, dos chicos de su equipo comenzaron a burlarse de él por ser diferente. Le decían cosas hirientes y lo discriminaban por ser transexual.

Esto entristeció mucho a Nico, quien no entendía por qué debían tratarlo así solo por ser quien realmente era. "¡Miren a este rarito! No deberías estar aquí si no eres como nosotros", se reían los chicos malintencionados.

Nico se sintió desanimado y pensó que tal vez no podría cumplir su sueño de competir en las nacionales de voleibol debido a la homofobia y la discriminación que enfrentaba.

Pero justo en ese momento aparecieron dos compañeras del equipo, Valentina y Sofía, quienes habían presenciado todo lo sucedido. Ellas tenían una idea brillante para ayudar a Nico. "No te preocupes, Nico. Nosotras te apoyaremos para que puedas participar en las nacionales", dijo Valentina con determinación.

Las chicas organizaron una reunión con el director del colegio para explicarle la situación de Nico y pedirle que les permitiera formar un equipo mixto para representar a la escuela en el torneo nacional.

El director quedó impresionado por la valentía y solidaridad de Valentina y Sofía, así como también por la determinación de Nico. Finalmente, el director aceptó la propuesta y formaron un nuevo equipo donde todos eran bienvenidos sin importar su identidad de género u orientación sexual.

Nico estaba emocionada al ver cómo sus compañeras habían luchado por él y ahora podría competir en igualdad de condiciones. Llegó el día del torneo nacional y el equipo mixto del colegio Solcito sorprendió a todos con su talento, trabajo en equipo y espíritu deportivo.

Nico brillaba en la cancha junto a sus amigos sin importar lo que los demás pudieran decir o pensar.

Al final del torneo, el equipo mixto ganó el primer lugar demostrando que juntos podían lograr grandes cosas superando cualquier tipo de discriminación o prejuicio. Y desde ese día en adelante, Nico siguió jugando al voleibol con alegría siendo fiel a sí misma gracias al apoyo incondicional de sus verdaderas amigas Valentina y Sofía.

FIN.

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