En busca de las estrellas


Había una vez una niña llamada Jazmín, que soñaba con ser astronauta desde que era muy pequeña. Le encantaba mirar las estrellas y preguntarse qué había más allá de nuestro planeta.

Jazmín vivía en un pequeño pueblo en Argentina junto a su mamá y su querido perrito Mike. Aunque su papá también amaba el espacio, él había desaparecido misteriosamente cuando Jazmín apenas tenía tres años. Desde entonces, ella no dejó de buscarlo en cada rincón del universo.

Un día, mientras observaba las estrellas desde su ventana, Jazmín vio algo brillante en el cielo. Era una nave espacial que se acercaba rápidamente hacia ella.

Sin pensarlo dos veces, agarró a Mike y subió a la nave para descubrir quién estaba dentro. Dentro de la nave encontró a un simpático extraterrestre llamado Zoggy. Tenía la piel verde y enormes ojos negros.

Zoggy le contó a Jazmín que venía de otro planeta donde había visto a su papá por última vez. "¡Debemos ir allí! Necesito encontrar a mi papá", exclamó emocionada Jazmín. Zoggy asintió y juntos emprendieron un viaje alucinante por el espacio infinito.

Durante el viaje, Jazmín aprendió muchas cosas sobre los planetas y las estrellas gracias a Zoggy. Descubrió que Marte era rojo como una manzana madura y que Saturno tenía anillos gigantes alrededor como una enorme rosquilla cósmica.

Después de un largo viaje, finalmente llegaron al planeta donde Zoggy había visto a su papá. Era un lugar mágico lleno de criaturas extrañas y coloridas. Jazmín y Mike se maravillaron con cada rincón del planeta.

Pero justo cuando estaban por encontrarse con el papá de Zoggy, apareció una malvada alienígena llamada Glorka. Quería robar la nave espacial para conquistar otros planetas. Jazmín no podía permitirlo, así que ideó un plan junto a sus nuevos amigos.

Con astucia e ingenio, lograron engañar a Glorka y escapar en la nave espacial antes de que pudiera atraparlos. De regreso en casa, Jazmín se dio cuenta de que su verdadera familia era su mamá y Mike, quienes siempre habían estado allí para ella.

Aunque no encontró a su papá en aquel lejano planeta, Jazmín aprendió sobre el valor de la amistad y la importancia de aceptar las cosas como son. Comprendió que el amor estaba presente en todas partes, incluso en los lugares más inesperados.

Desde ese día, Jazmín siguió soñando con el espacio y explorando nuevas fronteras junto a Mike. Sabía que aunque su papá no estuviera físicamente presente, siempre viviría en su corazón mientras continuaba descubriendo los secretos del universo.

Y así, Jazmín la astronauta siguió volando entre las estrellas llevando consigo un mensaje de esperanza y valentía para todos los niños del mundo: nunca dejemos de soñar porque incluso en los lugares más lejanos podemos encontrar la magia que nos hace felices.

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