En busca de mamá



Había una vez en un hermoso bosque, un grupo de animalitos muy curiosos y juguetones. Estaban el conejito Saltarín, la tortuguita Lenta, el pajarito Trino y la gatita Pelusa.

Todos ellos eran muy amigos y les encantaba pasar tiempo juntos. Un día, mientras exploraban el bosque, encontraron a un pequeño cachorrito perdido llamado Lucas. Lucas era muy tierno pero también estaba asustado porque se había separado de su mamá.

- ¡Hola amiguitos! ¿Podrían ayudarme a encontrar a mi mamá? - dijo Lucas con voz temblorosa. Los animalitos se acercaron rápidamente para consolarlo y ofrecerle su ayuda. - Claro que sí, Lucas. No te preocupes, juntos encontraremos a tu mamá - dijo Saltarín con una sonrisa.

Así comenzó la aventura de estos valientes amigos por encontrar a la mamá de Lucas. Caminaron por senderos llenos de flores coloridas y atravesaron arroyos cristalinos.

Durante el camino, cada uno utilizó sus habilidades especiales para buscar pistas sobre dónde podría estar la mamá de Lucas.

Lenta examinaba minuciosamente cada hoja caída en busca de huellas; Trino volaba alto en el cielo buscando alguna señal desde las alturas; Saltarín saltaba por aquí y por allá intentando ver más allá del horizonte; mientras que Pelusa olfateaba los árboles para detectar algún rastro familiar. Después de mucho buscar y seguir pistas falsas, finalmente encontraron una cueva escondida detrás de un gran árbol.

Lucas sintió que su corazón latía con fuerza y corrió hacia la entrada de la cueva. - ¡Mamá! ¡Aquí estoy! - gritó Lucas emocionado. Y allí, dentro de la cueva, estaba la mamá de Lucas esperándolo con los brazos abiertos.

Estaba muy feliz de haber encontrado a su pequeño cachorrito. Los animalitos se alegraron tanto como Lucas al verlos reunidos nuevamente. Todos se abrazaron y celebraron el éxito de su misión.

- ¡Gracias por ayudarme a encontrar a mi mamá, amigos! No sé qué hubiera hecho sin ustedes - dijo Lucas emocionado. - Fue un placer ayudarte, Lucas. La amistad es algo maravilloso y siempre estaremos aquí para cuidarnos unos a otros - respondió Saltarín con cariño.

Desde ese día, los animalitos se volvieron aún más inseparables. Juntos aprendieron sobre el valor de la amistad, la importancia de ayudar a los demás y lo divertido que puede ser explorar el mundo en compañía.

Y así, mientras jugaban y reían en el bosque, estos valientes amigos demostraban cada día que no hay obstáculo demasiado grande cuando se tiene amor, empatía y una amistad verdadera.

FIN.

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