en busca de mamá


Había una vez en un tranquilo barrio de Buenos Aires, dos perritos llamados Terry y Mosi. Eran conocidos por todos en la zona por su amabilidad y alegría, siempre estaban dispuestos a ayudar a quienes los rodeaban.

Un día, mientras paseaban por el parque, escucharon unos llantos provenientes de un arbusto cercano. Se acercaron con curiosidad y descubrieron a un gatito blanco y negro que parecía estar perdido.

Terry y Mosi se miraron entre sí y sin dudarlo, decidieron ayudarlo. "¿Estás bien, amiguito?", preguntó Terry con preocupación. "No sé dónde estoy... me separé de mi mamá", respondió el gatito entre sollozos.

Los dos perritos se miraron nuevamente y sin pensarlo dos veces, se ofrecieron a acompañar al gatito en busca de su mamá. Recorrieron calles, parques y plazas preguntando a cada animal que encontraban si habían visto a la mamá del pequeño gatito.

Después de mucho buscar, finalmente recibieron una pista: la mamá gata había sido vista cerca del mercado del barrio. Con renovadas energías, Terry, Mosi y el gatito se dirigieron hacia el mercado.

Al llegar allí, vieron a una hermosa gata atigrada buscando ansiosamente entre las verduras del puesto de un vendedor ambulante. El pequeño gatito corrió hacia ella maullando felizmente. La mamá gata lo recibió con lamidas cariñosas mientras agradecía a Terry y Mosi por haber cuidado de su hijo.

Los tres amigos regresaron al parque juntos mientras la mamá contaba cómo el pequeño se había escapado mientras jugaban cerca del mercado. "¡Gracias por traerme de vuelta con mi mamá! Son los mejores amigos que alguien podría tener", dijo el pequeño gato emocionado.

"Para eso estamos nosotros, para ayudarnos unos a otros en momentos difíciles", respondió Terry con una sonrisa.

Desde ese día en adelante, Terry, Mosi e incluso el pequeño gatito se convirtieron en inseparables amigos que siempre estaban dispuestos a tender una pata cuando alguien lo necesitaba en el barrio.

Su historia inspiró a muchos otros animales a ser más solidarios y amables entre sí, creando así una comunidad más unida y feliz donde todos podían contar con el apoyo mutuo de sus vecinos animals. Y colorín colorado este cuento solidario ha terminado pero nuestra amistad sigue creciendo como flores en primavera

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