En busca de mamá



Había una vez una familia muy feliz que vivía en un hermoso barrio. En esa familia, había un papá llamado Pedro, una mamá llamada Laura y su adorable bebé llamado Benjamín.

Pero también formaba parte de la familia su fiel compañera peluda, una perra llamada Luna. Luna era una perra muy inteligente y cariñosa. Desde el día en que llegó a la casa, se convirtió en la mejor amiga de Benjamín.

Juntos pasaban horas jugando y explorando el mundo que los rodeaba. Un día, mientras Pedro y Laura estaban ocupados preparando el almuerzo, Benjamín gateó hasta la puerta trasera sin que nadie se diera cuenta.

Luna lo siguió rápidamente para asegurarse de que estuviera a salvo. Al salir al jardín trasero, Benjamín se encontró con algo inesperado: ¡un pequeño patito perdido! El patito parecía asustado y no sabía cómo regresar con su mamá.

Sin pensarlo dos veces, Benjamín decidió ayudar al patito a encontrar su hogar. "¡Luna! Tenemos que ayudar a este patito", exclamó Benjamín emocionado. Luna asintió con la cabeza como si entendiera las palabras del niño y juntos comenzaron su aventura para encontrar a la mamá pato.

Caminaron por el vecindario preguntando a todos si habían visto alguna vez un pato similar. Después de mucho buscar e investigar, finalmente encontraron a alguien que les dijo dónde estaba el lago más cercano.

Benjamín y Luna corrieron hacia el lago con el patito en brazos. Al llegar, encontraron a una mamá pato muy preocupada buscando a su pequeño. "¡Mamá pato! ¡Aquí está tu bebé!", gritó Benjamín emocionado. La mamá pato corrió hacia ellos y abrazó a su pequeño con amor.

Estaba tan agradecida por haber encontrado a su bebé que no pudo evitar darle un beso de pico en la mejilla. Justo en ese momento, Pedro y Laura llegaron al lago buscando a Benjamín.

Se sorprendieron al ver lo que había sucedido, pero también estaban muy orgullosos de su hijo por ser tan valiente y amable. "Benjamín, has hecho algo maravilloso", dijo Laura con una sonrisa. "Y Luna, gracias por cuidar de nuestro pequeño aventurero".

Desde ese día, Benjamín aprendió la importancia de ayudar a los demás y cuidar del prójimo, así como Luna siempre lo hacía con él. Juntos formaban un equipo imparable lleno de amor y bondad.

Y así fue como esta familia feliz descubrió que las mejores aventuras ocurren cuando se trabaja en equipo y se muestra compasión hacia los demás.

Y cada vez que recordaban esa historia especial del patito perdido, sus corazones se llenaban de alegría y gratitud por tenerse los unos a los otros.

FIN.

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