En busca de mi hermano
Había una vez en el bosque un oso llamado Bruno, que era muy cariñoso y juguetón. Tenía un hermano menor llamado Benito, con quien solía pasar todo el tiempo. Un día, mientras jugaban cerca de un arroyo, Benito se alejó un momento para perseguir una mariposa y de repente desapareció. Bruno lo buscó por todas partes, pero no logró encontrarlo. Decidido a no rendirse, emprendió una travesía por el bosque en busca de su querido hermano.
Durante su búsqueda, Bruno se encontró con varios animales del bosque, como conejos, zorros y aves, a quienes les preguntaba si habían visto a su hermanito. Todos ellos le ofrecieron palabras de aliento y le señalaron direcciones distintas en las que Benito podría haber ido. Bruno estaba agradecido por la ayuda, pero el bosque era inmenso y estaba empezando a desesperarse.
Mientras se adentraba más y más en el bosque, Bruno escuchó un suave llanto proveniente de un claro. Corrió hacia allí y encontró a un pequeño osezno que se veía muy asustado. Era Benito. - ¡Benito, hermanito! ¡Te encontré! - exclamó Bruno con alegría. - Hermano, me perdí y no sabía cómo regresar. Estaba muy asustado - dijo Benito entre sollozos. Bruno lo abrazó con fuerza y le aseguró que nunca más se separarían, que siempre estarían juntos. Juntos, los dos osos regresaron a casa, fortaleciendo así su vínculo fraternal.
Desde ese día, Bruno y Benito siempre estuvieron uno al lado del otro, aprendiendo que la unión y el amor fraternal son fundamentales para superar cualquier desafío que el bosque les presentara.
FIN.