En busca de Roco en el bosque encantado
Había una vez una niña llamada Sofía y su mamá, Laura. Vivían en un hermoso pueblo rodeado de bosques y montañas.
Un día, mientras jugaban en el jardín, se dieron cuenta de que su querido perro Roco había desaparecido. Sofía y Laura se preocuparon mucho por Roco y decidieron buscarlo por todo el pueblo. Preguntaron a sus vecinos, recorrieron las calles y revisaron cada rincón del lugar, pero no encontraron ninguna pista de su paradero.
Desesperadas, decidieron adentrarse en el misterioso bosque que rodeaba al pueblo. A pesar de ser un lugar oscuro y lleno de árboles altos, no tenían miedo porque sabían que debían encontrar a Roco sin importar qué.
Mientras caminaban entre los árboles, escucharon un ruido extraño. Se acercaron sigilosamente hasta descubrir que era una ardilla traviesa que saltaba de rama en rama.
La ardilla les dijo:-¡Hola! ¿Están buscando algo? -Sí - respondió Sofía con tristeza -, estamos buscando a nuestro perro Roco. -La última vez que lo vi estaba corriendo hacia la cueva del oso - dijo la ardilla - Pero tengan cuidado, el oso es muy gruñón. Sofía y Laura se miraron preocupadas pero decidieron seguir adelante.
Se adentraron aún más en el bosque hasta llegar a la cueva del oso. Con valentía entraron sin hacer ruido para no despertarlo. Dentro de la cueva encontraron a Roco durmiendo al lado del oso.
Parecía que se habían hecho amigos. Sofía y Laura sonrieron al ver a su querido perro sano y salvo, pero también sintieron un poco de miedo por el oso. Decidieron hablar con el oso para pedirle que les devolviera a Roco.
Con mucho respeto, le dijeron:-Disculpe señor oso, pero este es nuestro perro Roco y lo extrañamos mucho. ¿Podría dejárnoslo regresar con nosotros? El oso los miró con ternura y respondió:-Entiendo lo que es extrañar a alguien querido.
Pueden llevárselo, siempre y cuando prometan visitarme de vez en cuando. Sofía y Laura asintieron emocionadas y agradecidas por la amabilidad del oso. Tomaron a Roco en brazos y salieron de la cueva juntas.
De vuelta en el pueblo, todos celebraron el regreso de Roco. Los vecinos organizaron una fiesta llena de juegos, música y comida para festejar su reencuentro. Desde ese día, Sofía, Laura y Roco visitaban al oso regularmente en el bosque.
Se convirtieron en grandes amigos y aprendieron que no debemos juzgar por las apariencias porque muchas veces las cosas no son como parecen. Y así, gracias a la valentía de Sofía y Laura, encontraron a Roco e hicieron nuevos amigos en el camino.
Aprendieron la importancia de ser amables con los demás animales del bosque sin importar sus diferencias.
Esta aventura quedó grabada en sus corazones para siempre como un recordatorio de que, con amor y valentía, podemos superar cualquier obstáculo y encontrar la felicidad.
FIN.