en busca de su perro perdido




Juanita era una niña curiosa y aventurera a la que le encantaba pasear por la montaña nevada con su fiel compañero, un perro juguetón y cariñoso llamado Pancho.

Juntos recorrían los senderos cubiertos de nieve, disfrutando de la naturaleza y divirtiéndose con cada paso. Un día, mientras jugaban entre los árboles nevados, Pancho desapareció de repente, extraviándose en la inmensidad blanca. Juanita, preocupada, comenzó a buscarlo por todas partes, llamando su nombre una y otra vez.

-¡Pancho, ven aquí, no te vayas demasiado! - gritaba la niña, con los ojos llenos de lágrimas. Después de buscar durante un buen rato, Juanita recordó que su mamá le había dicho que si se perdía debía buscar un lugar seguro y mantener la calma.

Así que decidió regresar al punto donde se habían separado y esperar a Pancho. Mientras aguardaba, observó detenidamente las huellas en la nieve y notó que algunas llevaban en dirección a un bosque cercano.

Sin dudarlo, se adentró en el espeso bosque, siguiendo las huellas de su amigo. Con cada paso, el corazón de Juanita latía con más fuerza, pero la determinación la mantenía en movimiento.

Después de un largo trecho, divisó a lo lejos una sombra parecida a la de Pancho. -¡Pancho! ¡Aquí estás! - exclamó Juanita con júbilo. El perro, feliz de encontrar a su dueña, corrió hacia ella moviendo la cola como una trompeta.

Tras abrazar a Pancho con fuerza, Juanita se dio cuenta de que juntos debían regresar a casa antes de que cayera la noche. Llenos de alegría, emprendieron el regreso, disfrutando del hermoso paisaje que los rodeaba.

Desde ese día, Juanita aprendió la importancia de mantener la calma en situaciones difíciles y de no rendirse nunca en la búsqueda de lo que ama.

FIN.

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