En busca del hogar perfecto


Había una vez una familia muy especial llamada los Sánchez. Oliver, el niño más aventurero y valiente de la familia, siempre estaba buscando nuevas emociones y descubrimientos.

Un día, el papá de Oliver compró un boleto de lotería y ¡sorprendentemente ganó! La familia estaba tan emocionada que decidieron usar ese dinero para comprar una hermosa casa en las afueras del pueblo. Cuando llegaron a la nueva casa, se dieron cuenta de que algo extraño ocurría.

Las puertas se cerraban solas, los objetos volaban por el aire y se escuchaban ruidos misteriosos en cada habitación. Oliver era el único que no tenía miedo y decidió investigar qué estaba sucediendo.

Una noche, mientras todos dormían, Oliver sigilosamente salió de su habitación con su linterna en mano. Se adentró en la oscuridad de la casa y escuchó un susurro: "-Oliver... ven aquí".

Siguiendo el sonido, llegó al sótano donde encontró a un pequeño demonio asustado llamado Lucas. "-Hola Lucas", dijo Oliver con calma. "¿Por qué estás aquí?"Lucas le contó a Oliver que él había sido expulsado del mundo demoníaco porque era diferente a los demás.

No quería hacer cosas malas ni asustar a las personas. Solo quería ser amable y tener amigos. Oliver entendió cómo se sentía Lucas porque también había experimentado sentirse diferente alguna vez.

Decidió ayudarlo a encontrar un lugar donde pudiera ser aceptado sin tener que asustar a nadie. Juntos iniciaron una búsqueda para encontrar otro hogar para Lucas. Visitaron distintos lugares, pero en cada uno había algo que no le permitía quedarse.

Oliver no se dio por vencido y finalmente encontró un pequeño pueblo donde vivían criaturas mágicas amigables. Cuando llegaron al pueblo, conocieron a una bruja llamada Agustina, quien los recibió con los brazos abiertos.

Agustina tenía la capacidad de ver el corazón puro de Lucas y decidió ayudarlo a encontrar un hogar seguro. Gracias a la magia de Agustina, Lucas encontró una familia adoptiva compuesta por otros demonios que también eran diferentes como él. Juntos formaron una hermandad llena de amor y aceptación.

Oliver regresó a su casa junto a su familia y compartió la historia de Lucas con ellos. Aprendieron sobre el valor de la amistad y la importancia de aceptar las diferencias en los demás.

Desde ese día, Oliver nunca volvió a tener miedo porque sabía que siempre habría alguien dispuesto a ayudarlo y apoyarlo en sus aventuras. Y así, Oliver demostró que incluso en las situaciones más difíciles, siempre hay espacio para el amor, la amistad y la valentía. Fin.

Dirección del Cuentito copiada!