En busca del poder mágico
Había una vez un pequeño dragón llamado Fuego, que vivía en un bosque encantado.
A diferencia de los demás dragones, Fuego tenía un problema muy peculiar: ¡tenía hipo todo el tiempo! El hipo de Fuego era tan fuerte y constante que no podía volar correctamente ni lanzar fuego por la boca como los otros dragones. Esto lo hacía sentir triste y diferente a los demás.
Los animales del bosque se burlaban de él y lo llamaban "Dragón Hiccup". Un día, mientras caminaba frustrado por el bosque, Fuego escuchó un rumor sobre una bruja mágica que vivía en la cima de una montaña cercana y que tenía poderes para curar cualquier cosa.
Lleno de esperanza, decidió ir a buscarla. Fuego escaló la montaña con dificultad debido a su hipo constante. Finalmente llegó al hogar de la bruja llamada Luna. Al ver al pequeño dragón triste y agotado, Luna le preguntó qué le pasaba.
"¡Hola, querida bruja Luna! Soy Fuego el Dragón Hiccup", dijo Fuego con voz entrecortada por sus hipos. "Vine hasta aquí porque necesito tu ayuda para deshacerme del hipo". Luna sonrió amablemente y aceptó ayudarlo.
Le pidió a Fuego que se acostara en su gran mesa llena de hierbas mágicas y pociones curativas. La bruja estudió detenidamente al pequeño dragón mientras preparaba una mezcla especial de ingredientes secretos en su caldero mágico.
Después de un rato, Luna le dio a Fuego una pequeña poción y le explicó cómo debía tomarla. "Fuego, querido dragón. Toma esta poción tres veces al día durante una semana completa. Verás que tu hipo desaparecerá", dijo Luna con esperanza en sus ojos.
Fuego confió plenamente en la sabiduría de la bruja y siguió al pie de la letra sus instrucciones. Tomó la poción todos los días sin falta, incluso cuando el sabor era un poco amargo.
Poco a poco, mientras pasaba el tiempo, Fuego comenzó a notar cambios en su cuerpo. Los hipos se volvieron menos frecuentes e intensos. Se sentía más ligero y ágil cada día que pasaba.
Un día soleado, después de completar su última dosis de poción mágica, Fuego sintió algo extraño en su interior.
Un cosquilleo recorrió todo su cuerpo y ¡de repente estornudó tan fuerte que salió fuego por su boca!"¡Lo logré! ¡Mi hipo ha desaparecido!", exclamó Fuego emocionado mientras volaba por el cielo lanzando fuego hacia las nubes. El bosque entero quedó maravillado al ver a Fuego volar alto y lanzar fuego como los demás dragones. Todos los animales celebraron junto a él por su increíble transformación.
Desde aquel día, Fuego se convirtió en un ejemplo para todos los habitantes del bosque encantado. Aprendieron que no importa cuán diferentes sean o qué problemas enfrenten; siempre hay una solución si creen en sí mismos y buscan ayuda cuando la necesiten.
Fuego, ahora conocido como el "Dragón Valiente", se convirtió en un defensor de los animales más débiles y en un amigo fiel para todos. Inspiró a otros a superar sus propios obstáculos y nunca rendirse ante las dificultades.
Y así, gracias a la magia de la bruja Luna y la valentía de Fuego, el bosque encantado se llenó de alegría, amistad y confianza en uno mismo.
FIN.