En busca del tesoro perdido de Josefina



Había una vez en un jardín de infantes muy especial, una niña llamada Josefina. Josefina era una niña curiosa y alegre, siempre lista para aprender cosas nuevas y hacer amigos.

Sin embargo, a veces le costaba seguir instrucciones y esto la ponía un poco triste. Un día soleado, la maestra del jardín de infantes propuso a los niños jugar a "Buscar el Tesoro".

Todos los niños se emocionaron al instante, menos Josefina, quien no entendía bien las reglas del juego. "Vamos Josefina, es muy fácil", dijo su amiga Lola. "La maestra nos dará pistas y tendremos que seguirlas para encontrar el tesoro escondido". Josefina asintió con timidez, pero por dentro se sentía un poco nerviosa.

¿Podría seguir las pistas correctamente? Se prometió a sí misma intentarlo con todas sus fuerzas.

La maestra comenzó a dar las primeras pistas: "-El tesoro está cerca de algo que vuela alto en el cielo y nos da sombra en días calurosos". Los niños empezaron a correr por el jardín en busca del tesoro, mientras Josefina se quedaba un poco rezagada tratando de descifrar la pista en su mente.

De repente, recordó que cerca del árbol más grande del patio había una casita de pájaros. Corrió lo más rápido que pudo hacia allí y ¡sorpresa! Encontró la primera pista escondida dentro de la casita. Con emoción siguió adelante junto con sus compañeros.

La siguiente pista decía: "-El tesoro está enterrado bajo algo verde que crece muy alto y tiene hojas puntiagudas". Josefina recordó haber visto unas plantas altas con hojas puntiagudas cerca del arenero.

Sin dudarlo un segundo fue directo hacia allí y buscó entre las plantas hasta encontrar otra pista. Con cada acierto, Josefina ganaba confianza en sí misma. Finalmente llegaron a la última pista: "-El tesoro está escondido detrás de algo que usamos para columpiarnos".

Todos los niños corrieron hacia los columpios mientras Josefina se detuvo unos segundos pensativa. De repente, recordó que al lado de los columpios había un viejo baúl donde guardaban juguetes rotos.

Fue corriendo hacia allí y ¡sí! ¡Encontró el tesoro! Una caja llena de stickers brillantes esperaba ser descubierta por los valientes exploradores. Todos los niños aplaudieron emocionados por haber encontrado el tesoro gracias al ingenio de Josefina.

Incluso la maestra no podía ocultar su sorpresa y alegría por ver cómo había logrado superar su dificultad para seguir instrucciones. Desde ese día, Josefina entendió lo importante que era escuchar atentamente las indicaciones para poder divertirse al máximo con sus amigos.

Y así siguió aprendiendo y creciendo feliz en aquel hermoso jardín de infantes donde cada día era una nueva aventura llena de sorpresas.

FIN.

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