En busca del Trico perdido



Había una vez un elefante llamado Elio que vivía en la ciudad de Buenos Aires. Elio era un elefante muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras caminaba por las calles de la ciudad, comenzó a llover. Elio no estaba acostumbrado al frío y se sentía un poco perdido bajo la lluvia. Decidió refugiarse en el parque cercano para esperar a que pasara el mal tiempo.

Mientras se resguardaba bajo un árbol, Elio notó unas extrañas huellas en el suelo. Parecían ser de otro animal grande como él. Sin pensarlo dos veces, decidió seguir las huellas y descubrir quién o qué las había dejado.

Después de caminar durante mucho tiempo, llegó a una zona boscosa cerca del río. Allí encontró a otro elefante llamado Elisa que también estaba siguiendo las mismas huellas. - ¡Hola! ¿Tú también estás siguiendo estas huellas? - preguntó emocionado Elio.

- Sí, me pareció muy intrigante ver estas huellas tan grandes en medio del bosque - respondió Elisa con entusiasmo. Los dos elefantes decidieron continuar juntos su búsqueda y exploración del misterio detrás de las huellas gigantes.

Caminaron por senderos empapados por la lluvia hasta llegar a un claro donde vieron algo sorprendente: ¡un dinosaurio! Era un triceratops bebé que se había extraviado durante una tormenta hace algunos días y ahora estaba asustado y solo.

Los elefantes se acercaron lentamente al pequeño dinosaurio y le ofrecieron su amistad. - Hola, pequeño triceratops. ¿Cómo te llamas? - preguntó Elio con ternura. - Me llamo Trico y estoy perdido.

Mi mamá y mis hermanos se fueron durante la tormenta y no sé cómo regresar a casa - respondió el dinosaurio con lágrimas en los ojos. Elio y Elisa se sintieron muy conmovidos por la historia de Trico, así que decidieron ayudarlo a encontrar a su familia.

Juntos, recorrieron toda la ciudad siguiendo las huellas gigantes hasta llegar al zoológico donde vivían otros dinosaurios. Allí encontraron a la mamá de Trico junto a sus hermanos, quienes estaban muy preocupados por él. Todos se abrazaron emocionados al reunirse nuevamente.

- Gracias por traerme de vuelta a casa, Elio y Elisa. Nunca olvidaré su amabilidad - dijo Trico mientras secaba sus lágrimas de felicidad. Los elefantes sonrieron y se despidieron del pequeño triceratops sabiendo que habían hecho algo maravilloso juntos.

Aprendieron que siempre es importante ayudar a los demás sin importar lo diferentes que sean. Desde ese día, Elio y Elisa siguieron explorando juntos la ciudad en busca de nuevas aventuras, pero nunca olvidaron el valioso encuentro que tuvieron con Trico.

Y así, este peculiar grupo demostró que la unión hace la fuerza y que siempre podemos encontrar amigos en los lugares más inesperados.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!