Encesta tus miedos



Cami estaba muy emocionada porque su papá, Mariano, le había prometido que iban a jugar al básquet juntos en el parque. Ella amaba los deportes y siempre se divertía mucho jugando con su papá.

Cuando llegaron al parque, Cami corrió hacia la cancha de básquet y comenzó a hacer algunos tiros. Mariano se unió a ella y comenzaron a pasar la pelota entre ellos. -¡Papá! Mira cómo puedo driblar -dijo Cami mientras hacía algunos movimientos con la pelota.

-Muy bien, hija. Eres una gran jugadora -respondió Mariano sonriendo. Cami estaba feliz de estar pasando tiempo con su papá y disfrutando del aire libre.

Pero entonces algo inesperado ocurrió: un grupo de niños mayores llegó a la cancha de básquet y comenzó a jugar allí también. Los niños eran más grandes que Cami y parecían muy buenos en el juego. En lugar de sentirse intimidada, Cami decidió tomar esto como un desafío para mejorar sus habilidades.

-Estos chicos son buenos... pero yo también puedo serlo -pensó Cami para sí misma. Así que siguió jugando con aún más determinación, tratando de superar a los niños mayores en cada tiro y pase que hacía.

A medida que avanzaba el partido, Mariano notó lo duro que estaba trabajando su hija para mantenerse al nivel de los otros jugadores. -¡Eso es! ¡Mantén esa actitud positiva! -le dijo animándola-.

Recuerda siempre dar lo mejor de ti mismo sin importar quiénes sean tus oponentes. Cami siguió jugando con todo su esfuerzo, y aunque los otros niños eran buenos, ella logró anotar algunas canastas impresionantes.

Al final del partido, Mariano estaba muy orgulloso de lo bien que había jugado su hija. -¡Eres una verdadera campeona! -le dijo mientras le daba un abrazo-. Nunca dejes que nada te detenga cuando se trata de alcanzar tus metas.

Cami sonrió y supo que había aprendido una gran lección ese día: si trabajaba duro y mantenía una actitud positiva, podía superar cualquier obstáculo en su camino. Y lo mejor era hacerlo junto a su papá, quien siempre la alentaba a seguir adelante sin importar las dificultades.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!