Enemigos Amables



Había una vez una niña llamada Vero, quien tenía un gran corazón y siempre trataba de llevarse bien con todos. Sin embargo, había alguien en su clase que no la soportaba: su peor enemigo, Tomás.

Tomás era un chico malhumorado y egoísta que siempre hacía todo lo posible para molestar a Vero. Pero un día, durante una excursión escolar, el autobús se averió y los niños tuvieron que pasar la noche en un albergue rural.

Para su sorpresa (y disgusto), Vero se encontró compartiendo habitación con Tomás.

Al principio fue difícil para ambos dormir juntos en la misma habitación, pero cuando las luces se apagaron y el silencio reinó, Vero notó algo extraño: Tomás estaba llorando en silencio. "¿Qué te pasa?" - preguntó ella preocupada. —"Nada" , respondió él bruscamente. Pero Vero sabía que algo no estaba bien. Se acercó a él y le puso la mano en el hombro.

"Si quieres hablar de algo, estoy aquí para escucharte". Tomás dudó por un momento antes de comenzar a contarle a Vero sus problemas personales y familiares.

Resulta que estaba pasando por momentos muy difíciles en casa y eso lo hacía sentir muy solo e infeliz. Vero escuchaba atentamente sin juzgarlo o burlarse de él como solía hacerlo antes. En lugar de eso, le hablaba con amabilidad y empatía.

La noche pasó rápidamente mientras conversaban sobre sus vidas hasta quedarse dormidos sin darse cuenta. Al día siguiente, aunque Tomás seguía siendo un poco brusco con Vero en público, ya no la molestaba tanto como antes. E incluso a veces se le veía sonreír.

A partir de esa noche, Vero y Tomás comenzaron a llevarse mejor. Ya no eran enemigos sino amigos que se apoyaban mutuamente.

Y todo gracias a una noche en la que durmieron juntos y aprendieron a valorar la importancia de escuchar al prójimo y ser amables con los demás.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!