Equilibrando el Trabajo y la Escuela
Martín era un niño muy trabajador. A pesar de tener solo seis años, se encargaba de vender sandwiches en la terminal de omnibus para ayudar a su familia.
Pero esto significaba que no podía ir a la escuela todos los días. Un día, mientras estaba sentado en su puesto esperando a los clientes, una mujer se acercó y le preguntó: "¿Por qué no estás en la escuela hoy?"Martín respondió: "Tengo que trabajar para ayudar a mi familia.
No puedo ir todos los días. "La mujer miró alrededor y notó lo cansado que parecía Martín. Se dio cuenta de que él necesitaba algo más en su vida además del trabajo.
"Martín", dijo la mujer con una sonrisa, "¿te gustaría venir conmigo mañana? Te llevaré a un lugar especial donde podrás aprender cosas nuevas y divertidas". Martín estaba emocionado por la idea.
Al día siguiente, se encontró con la mujer temprano por la mañana y juntos tomaron el autobús hacia un centro comunitario cercano. Al llegar allí, Martín descubrió un mundo completamente nuevo. Había niños de todas las edades corriendo y jugando juntos.
Había libros para leer, juegos para jugar e incluso había un maestro que enseñaba sobre animales exóticos. Martín pasó todo el día aprendiendo cosas nuevas y divirtiéndose con sus nuevos amigos. Al final del día, cuando regresaron a casa en autobús, Martín estaba agotado pero feliz.
A partir de ese momento, Martín decidió hacer todo lo posible para asistir a la escuela regularmente. También comenzó a ahorrar parte del dinero que ganaba vendiendo sandwiches para poder comprar algunos libros y juegos educativos.
Con el tiempo, Martín descubrió que podía ser un excelente estudiante y trabajador al mismo tiempo. Aprendió a equilibrar su trabajo con la escuela y nunca dejó de aprender cosas nuevas.
Y así, Martín se convirtió en un gran ejemplo para todos los niños de su comunidad. Demostró que no importa cuál sea tu situación actual, siempre hay una manera de mejorar y alcanzar tus sueños si te esfuerzas lo suficiente.
FIN.