Equilibrio Digital
Había una vez en la escuela "Rayito de Sol", un grupo de alumnos de 10 años muy traviesos y curiosos.
Entre ellos se encontraban Mica, Facu, y Lola, quienes siempre estaban pendientes de sus celulares en clase en lugar de prestar atención a la maestra. Un día, la maestra Julia les dio una advertencia: "Chicos, por favor, presten atención en clase y guarden sus celulares. Es importante respetar el tiempo y espacio escolar".
Pero los tres amigos no le hicieron caso y continuaron jugando con sus dispositivos. - ¡Miren esta nueva app que descargué! ¡Es genial! - exclamó Mica emocionada.
- Sí, pero deberíamos estar escuchando lo que dice la maestra - respondió Facu distraído mientras enviaba mensajes a sus amigos. - No pasa nada, total después podemos estudiar en casa - agregó Lola despreocupada. La maestra Julia notó la falta de respeto de los chicos y decidió tomar cartas en el asunto.
Les pidió a Mica, Facu y Lola que dejaran sus celulares sobre su escritorio hasta el final del día. Los niños protestaron al principio, pero accedieron ante la firmeza de la maestra.
Esa tarde, cuando llegaron a casa sin sus celulares, se sintieron aburridos al principio. Sin embargo, aprovecharon para jugar juntos como solían hacerlo antes de tener teléfonos móviles. Se divirtieron tanto recordando juegos tradicionales que habían olvidado por pasar tanto tiempo frente a las pantallas.
Al día siguiente en clase, los tres amigos estaban más atentos que nunca. Escucharon con interés lo que la maestra tenía para enseñarles y participaron activamente en las actividades escolares.
Al final del día, la maestra Julia les devolvió sus celulares con una sonrisa. - Chicos, ¿qué aprendieron hoy? - preguntó la maestra. - Aprendimos que es importante respetar el tiempo y espacio escolar prestando atención en clase sin distracciones - respondió Mica reflexiva. - Exacto.
El respeto no solo implica tratar bien a los demás; también implica valorar nuestro entorno y comprometernos plenamente con lo que estamos haciendo en cada momento - agregó la maestra Julia con orgullo.
Desde ese día, Mica, Facu y Lola aprendieron a equilibrar su tiempo entre el uso responsable del celular y prestar atención en clase. Descubrieron que podían divertirse igual o más sin depender constantemente de las pantallas electrónicas.
Moraleja: El respeto se manifiesta no solo en cómo tratamos a los demás sino también en cómo valoramos nuestro entorno y nos comprometemos plenamente con nuestras responsabilidades diarias. Presta atención al presente y encontrarás riqueza donde menos esperas.
FIN.