Eric y el Misterio del Ventilador Ruidoso
Era un soleado día en el barrio de Eric. Con solo 3 años, este niño rubio era un experto en hacer pequeñas cosas grandes. Siempre acompañado de su fiel gato Thorin, pasaban horas en su taller mecánico, donde cada rincón estaba lleno de herramientas, radios antiguas y ventiladores que necesitaban cariño.
Un día, mientras arreglaban una radio de los años 50, Eric escuchó un extraño ruido que provenía de un viejo ventilador que estaba en una esquina cubierta de polvo.
- '¿Escuchaste eso, Thorin?' - preguntó Eric, mientras se acercaba con curiosidad.
Thorin, un gato valiente y de ojos brillantes, movió su cola con intriga.
- '¡Miau!'- respondió, como si dijera que sí.
- 'Vamos, tenemos que investigar', dijo Eric decidido.
Eric y Thorin empezaron a buscar pistas alrededor del ventilador. Encontraron una pequeña nota arrugada pegada en la parte inferior. A medida que Eric la desdoblaba con cuidado, comenzó a leer en voz alta:
- 'Si quieres saber del ruido, mira dentro de la caja de herramientas.'
Ambos se miraron.
- '¿Qué habrá dentro de esa caja?' - se preguntó Eric.
Con una mezcla de emoción y nervios, Eri se acercó a la caja de herramientas, que era casi tan alta como él.
- '¡Ayúdame, Thorin!' - exclamó.
Thorin, con un ágil salto, se montó en la caja y la empujó con su patita.
- '¡Sí, eso es! ¡La abrimos juntos!' - dijo Eric, mientras lograban abrirla.
Dentro encontraron herramientas viejas, pero también un pequeño y brillante objeto: un mini ventilador de juguete.
- '¡Mirá, Thorin! ¡Es un ventilador de juguete! ¡Tal vez el ruido viene de aquí!' - exclamó Eric lleno de alegría.
Sin embargo, el mini ventilador estaba polvoriento y sin pilas. Eric decidió que debían repararlo.
Con la ayuda de Thorin, Eric armó un pequeño estante y comenzó a buscar herramientas útiles.
- '¿Tienes alguna idea de cómo arreglarlo, Thorin?' - le preguntó Eric.
Thorin miró el ventilador con atención, como si también pensara en la solución.
- 'Miau' - contestó, moviendo la cabeza.
- '¿Y si le cambiamos las pilas? Vamos a buscar para ver si tenemos algunas!' - sugirió Eric, mientras se dirigía a la caja donde guardaban cosas útiles.
Después de buscar un rato, encontraron un paquete de pilas. Eric, con su pequeño destornillador, colocó las pilas en el ventilador de juguete.
- '¡Listo!' - gritó feliz.
Eric presionó el botón y, para su sorpresa, el ventilador empezó a girar y hacer 'brrrr' con un ruido de motor antiguo.
- '¡Funciona! ¡Funciona!' - dijo saltando de alegría. Thorin se unió al festejo meneando su cola.
Pero en ese momento, el ventilador empezó a vibrar y a moverse más de la cuenta, hasta que de pronto, algo más salió del viejo ventilador.
- '¿Qué es eso?' - preguntó Eric, mirando con asombro cómo un pequeño papelito caía al suelo.
Eric se agachó y lo recogió. Era un mapa dibujado a mano.
- '¡Es un mapa del barrio!' - dijo Eric emocionado.
Con Thorin a su lado, Eric decidió que tendrían que seguir el mapa.
- '¡Vamos, Thorin! ¡Es hora de una nueva aventura!' - exclamó mientras se ponía su pequeña mochila llena de herramientas.
El mapita los llevó por el barrio, atravesando el parque, el mercado, y finalmente llegó a un pequeño callejón donde se encontraba una vieja casa abandonada.
- '¿Qué te parece, Thorin? ¿Entramos?' - preguntó Eric.
Thorin maulló, como si dijera que todo estaba bien.
Los dos amigos se acercaron a la puerta y empujaron. Era pesada, pero Eric consiguió abrirla. Al entrar, se dieron cuenta de que la casa estaba llena de polvo y había un viejo armario en una esquina.
Eric recordó las historias que su abuelo le contaba sobre tesoros escondidos.
- 'Tal vez haya algo valioso aquí' - sugirió.
Los dos comenzaron a explorar. Al abrir el armario, encontraron una antigua caja de música.
- '¡Mirá, Thorin! ¡Es hermosa!' - exclamó Eric mientras la sacaba con cuidado.
Eric giró la manivela y la caja de música empezó a sonar una melodía suave.
- 'Esto es un verdadero tesoro' - dijo Eric, feliz como nunca.
Decidieron llevar la caja a casa para cuidarla.
- 'Hoy arreglamos un ventilador, descubrimos un mapa y encontramos un tesoro. ¡Qué día maravilloso, Thorin!' - comentó Eric, mientras su gato ronroneaba.
De regreso en su taller, Eric se dio cuenta de que la verdadera aventura no solo estaba en resolver misterios, sino también en compartirlos con su mejor amigo.
Y así, cada día en su taller se volvía una nueva aventura llena de misterio, amistad y, sobre todo, alegría.
FIN.