Erison y el Pantano de los Sueños
En la pintoresca comunidad de Laguna Prieta, donde los días transcurren en calma y la naturaleza florece, habitaba un niño llamado Erison Rosario. Era un chico curioso y aventurero que disfrutaba de la vida en el campo. Cada mañana, Erison se despertaba con el canto de las aves y el suave murmullo del viento que acariciaba las hojas de los árboles.
- ¡Hoy voy a explorar el bosque! -exclamó Erison un día, mientras se ataba sus botas de goma.
Erison se adentró en el bosque, maravillándose de los colores vibrantes de las flores y el susurro de los árboles. Cada paso era una nueva aventura. Sin embargo, había un lugar al que su madre siempre le decía que no debía ir: el Pantano de los Sueños.
- ¡No te acerques al pantano, Erison! -avisó su madre con un tono serio. - Hay cosas extrañas y peligrosas allí.
Pero la intriga era mayor que el miedo.
Un día, mientras Erison exploraba, escuchó un susurro que venía del pantano. Curioso, siguió el sonido, y al llegar se encontró con un espectáculo asombroso.
Frente a él, los colores del agua cambiaban y brillaban como si cada gota tuviera vida propia. En ese momento, se dio cuenta de que el pantano no era como su madre había descrito.
- ¡Hola! -dijo una pequeña criatura que apareció entre los juncos. Era un duende del agua, con ojos grandes y brillantes. - Soy Tilo, el guardián del pantano.
- ¡Hola, Tilo! -respondió Erison entusiasmado. - ¿Por qué el agua brilla así?
- Este es un lugar mágico, donde los sueños se hacen realidad. Pero su magia solo florece cuando hay alguien con un corazón valiente que lo visite -explicó Tilo con una sonrisa.- ¿Te gustaría ver lo que podemos hacer juntos?
Erison asintió con la cabeza, lleno de emoción. Tilo lo llevó de la mano a través del pantano. Allí, cada vez que Erison soñaba con algo, el agua respondía, formando imágenes y escenas.
- ¡Vaya! -exclamó Erison cuando vio un dragón volando sobre las nubes y un castillo de caramelo. - ¡Es increíble! Pero... ¿no es peligroso?
- Solo si dejas que el miedo te domine -respondió Tilo-. La magia del pantano necesita alegría y amor en el corazón para mantenerse viva.
A medida que Erison pasaba tiempo con Tilo, comenzó a entender que el verdadero poder de la magia no estaba solo en los sueños, sino también en el valor de enfrentarse a sus miedos.
Sin embargo, un día, mientras jugaban, un grupo de chicos del pueblo llegó buscando a Erison.
- ¡Erison! -gritó su amigo Nicolás. - ¡Tu madre está preocupada! ¿Dónde estuviste?
Erison sintió un nudo en el estómago. Sabía que no había hecho caso a la advertencia de su madre.
- Estoy en el Pantano de los Sueños -anunció, su voz temblaba un poco.
Los chicos se miraron entre sí, temerosos.
- ¡Es peligroso! -dijo Sofía. - Deberías volver con nosotros.
Pero Erison se dio cuenta de que había aprendido algo importante de Tilo.
- ¡No, esperen! -les dijo con decisión. - Hay magia aquí, y si ven lo que he visto, entenderán que no hay nada que temer.
Tilo asintió y, con un gesto de su mano, el agua del pantano comenzó a brillar de nuevo. Los chicos, intrigados, se acercaron. Erison los animó:
- ¡Vengan! ¡No tengan miedo!
Poco a poco, los niños se adentraron en el pantano. Cuando vieron las maravillas que allí sucedían, sus temores se disolvieron como el humo en el viento. Empacaron sus miedos y los dejaron atrás. Juntos, comenzaron a soñar en voz alta, creando un espectáculo que iluminó el pantano.
- ¡Esto es increíble! -gritó Nicolás, que nunca había imaginado que pudiera soñar así.
Al final del día, los chicos regresaron a sus casas, llenos de historias y risas.
- ¡El Pantano de los Sueños es mágico! -dijo Erison mientras caminaba a casa.
- Pero recuerda, siempre hay que tener valor y amor en nuestro corazón -le aconsejó Tilo antes de despedirse.
Desde entonces, Erison nunca dejó de explorar y aprender, y cada vez que visitaba el pantano, llevó consigo a nuevos amigos, enseñándoles que los miedos son menos intimidantes cuando los enfrentamos juntos. Y así, el Pantano de los Sueños se convirtió en un lugar de alegría, uniendo a la comunidad de Laguna Prieta en amistad y aventura.
Erison comprendió que, a veces, las cosas que parecen aterradoras pueden llevar a las mayores maravillas si uno tiene el valor de explorarlas.
FIN.