Esteban y la Aventura del Dragón



Había una vez, en un reino lejano donde los sueños se hacían realidad, un valiente príncipe llamado Esteban. Desde que era pequeño, había escuchado historias sobre dragones y princesas, y siempre había soñado con ser el héroe de su propia aventura.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Esteban escuchó un grito desgarrador. Sin pensarlo dos veces, siguió el sonido hasta llegar a una cueva oscura donde un enorme dragón estaba custodiando a la princesa Sofía, quien estaba atrapada en un castillo de humo y llamas.

"¡Suelta a la princesa, monstruo!" - gritó Esteban, empuñando su espada de juguete.

El dragón, sorprendido por la valentía del joven príncipe, respondió con un rugido ensordecedor:

"No me cuentas que tú, un niño, podrás derrotarme. ¡Soy el dragón más temido de todo el reino!"

Esteban sintió un escalofrío, pero no iba a rendirse. Desde pequeño, su madre le había enseñado que la valentía y el corazón valen más que cualquier espada.

"Quizás no soy un guerrero formidable, pero tengo un plan" - dijo Esteban con determinación.

El dragón, curioso, le preguntó:

"¿Y cuál es tu plan, pequeño príncipe?"

"Voy a usar la astucia y la inteligencia en lugar de la fuerza. Sé que eres un dragón muy fuerte, pero, ¿no tienes un sueño?" - preguntó Esteban.

El dragón se quedó en silencio. Por un momento, olvidó su ferocidad y recordó que a menudo, se sentía solo y deseaba tener amigos.

"Siempre he soñado con volar alto, ver el mundo desde las nubes. Pero, ¿quién podría ser mi compañero?" - dijo el dragón, bajando la guardia un poco.

Esteban, viendo la oportunidad, le respondió:

"Soy un buen compañero, y si me dejas llevar a la princesa, te prometo que te enseñaré a volar. Podríamos explorar juntos, hacer grandes aventuras sin dañar a nadie."

Intrigado, el dragón consideró la oferta:

"¿De verdad crees que puedo volar como los aves?"

"¡Sí! Todos merecemos ser amigos y vivir aventuras. Pero necesito que me ayudes a liberar a Sofía primero" - insistió Esteban.

El dragón, movido por la amabilidad del príncipe y deseoso de aprender a volar, decidió ceder.

"Está bien, pequeño príncipe, haré lo que pides, pero no prometo ser el mejor amigo del mundo."

Con un movimiento de su cola, el dragón derribó el castillo de humo y liberó a la princesa Sofía. Ella miró a Esteban, agradecida.

"¡Eres mi héroe!" - exclamó.

Esteban, con una sonrisa, respondió:

"No fui yo solo, este dragón necesita un amigo y juntos podemos volar alto. ¿Qué dices?"

Sofía miró al dragón con curiosidad.

"Podría ser divertido volar. ¡Quiero intentarlo también!"

El dragón, ahora confiado, ofreció su lomo a los dos jóvenes:

"¡Suban!"

Así, Esteban, Sofía y el dragón comenzaron su vuelo. Volaron sobre montañas, bosques y ríos, descubriendo la belleza del reino desde las alturas.

Más tarde, mientras aterrizaban de nuevo, Sofía dijo:

"Nunca pensé que un dragón podría ser tan amable. ¡Gracias Esteban!"

Esteban sonrió y dijo:

"A veces, lo que más tememos se convierte en nuestra mejor amistad. Todos tenemos algo que enseñar y aprender."

Y así, el dragón se convirtió en el fiel amigo de Esteban y Sofía. Juntos, vivieron aventuras y fomentaron la amistad en todo el reino. Todos aprendieron que la valentía no es solo luchar, sino abrir el corazón y aceptar a otros tal como son.

Fin.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!