Estefania y la Computadora Mágica



En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, vivía una niña llamada Estefania. Ella tenía una computadora muy especial, que no solo servía para estudiar, sino que también poseía la increíble habilidad de hablar. Estefania pasaba horas jugando y aprendiendo con ella, pero había algo que siempre la intrigaba:

"¡Hola, Computadora! ¿Qué podríamos hacer hoy?" - preguntó Estefania un día soleado.

"Hoy es un gran día para explorar, Estefania. Podemos correr en la montaña y luego nadar en el río. ¡El mundo está lleno de maravillas para descubrir!" - respondió la Computadora.

Estefania sonrió emocionada y decidió seguir el consejo de su amiga. Se calzó las zapatillas, se puso la gorra y salió corriendo hacia la montaña. El aire fresco y el canto de los pájaros la llenaban de energía.

Mientras corría, notó algo raro en una de las laderas de la montaña. Era un camino que nunca había visto antes.

"Computadora, ¿ves eso?" - dijo Estefania intrigada.

"Sí, Estefania. Es un sendero que lleva a un lugar misterioso. ¿Te gustaría aventurarte por allí?" - sugirió la Computadora.

Estefania, llena de valentía, decidió seguir el sendero. Después de unos minutos de caminata, llegó a un claro lleno de flores de colores brillantes y mariposas que danzaban.

"¡Es hermoso!" - exclamó Estefania.

"Pero, espera, mira más allá de las flores. Hay una pequeña cabaña. Vamos a averiguarlo" - respondió curiosa la Computadora.

Se acercaron a la cabaña y encontraron a un viejo anciano sentado en el porche.

"Hola, joven exploradora. Soy el guardián de este bosque. ¿Qué te trae por aquí?" - dijo el anciano con una sonrisa amable.

"¡Hola! Me llamo Estefania. Vine a correr y hoy encontré este hermoso lugar. Mi computadora me ayudó a descubrirlo" - respondió ella, señalando con entusiasmo.

"¿Tu computadora habla? ¡Qué interesante! En este bosque hay un secreto. Si puedes correr hacia la cima de esa colina y nadar en el lago que hay al otro lado, te revelará un mágico tesoro" - dijo el anciano.

"¡Vamos, Computadora!" - dijo Estefania emocionada. Así que continuaron su aventura subiendo la colina.

Al llegar a la cima, quedó maravillada con la vista y, tras respirar profundamente, corrió hacia el lago. Sin embargo, antes de llegar, vieron una gran roca que bloqueaba el camino.

"¿Cómo cruzaremos eso?" - preguntó Estefania.

"Tal vez podamos rodearla. O podrías intentar saltar. ¿Crees que podrías?" - sugirió la Computadora.

Con determinación, Estefania decidió probar a saltar. Corrió hacia la roca, dio un gran impulso y... ¡lo logró! Atravesó el obstáculo y llegó al lago. Se lanzó al agua fresca, sintiéndose libre y feliz.

Bajo el agua, Estefania vio un brillo dorado. Se sumergió y alcanzó un cofre antiguo. Cuando lo abrió, encontró un libro con historias fascinantes y conocimientos sobre la naturaleza.

"¡Mirá, Computadora! Esto es increíble. ¡Es un libro mágico!" - gritó entusiasmada.

"Así es, Estefania. Cada historia que leas te llevará a nuevas aventuras y descubrimientos" - respondió la Computadora con alegría.

Estefania supo que aquel libro sería su nuevo tesoro. Regresaron a casa corriendo, entre risas y saltos, listos para compartir la historia de su aventura mágica con todos sus amigos.

Desde aquel día, Estefania no solo corrió y nadó, sino que también aprendió sobre el mundo que la rodeaba a través de las históricas páginas de su nuevo libro, siempre acompañada de su amiga Computadora, lista para nuevas aventuras.

FIN.

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