Estiven y la casa embrujada



Estiven y su mamá estaban emocionados porque habían decidido visitar una antigua casa en el barrio que decían estar embrujada. Al cruzar el viejo portón de hierro, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos.

La casa lucía siniestra, con ventanas rotas y enredaderas retorcidas que la rodeaban. "Mamá, ¿estás segura de que queremos entrar aquí?", preguntó Estiven con temor. "Claro que sí, querido. Solo son cuentos de viejas. No hay nada que temer", respondió su mamá tratando de parecer valiente.

Al adentrarse en la casa, comenzaron a escuchar extraños ruidos y a ver sombras que parecían moverse. Estiven sintió un nudo en la garganta y su mamá tomó su mano con fuerza.

Repentinamente, una voz susurrante resonó en el pasillo, "¿Quién osa entrar en mi morada?". Estiven y su mamá se miraron con terror, pero de repente, una luz cálida y brillante los rodeó. "Soy el espíritu de esta casa, pero no deseo asustarlos. Solo quería proteger mi hogar.

Parecen valientes por enfrentar sus miedos", dijo el espíritu con amabilidad. Estiven y su mamá, asombrados, escucharon la historia de la casa y sobre cómo el espíritu se sentía solo y desprotegido.

Compartieron un hermoso momento con el espíritu, quien finalmente les enseñó que enfrentar los miedos puede llevar a sorpresas maravillosas. Al salir de la casa, Estiven y su mamá se abrazaron emocionados. "Gracias por ser valiente, Estiven. Esa fue una experiencia increíble", dijo su mamá con orgullo.

"Gracias a ti, mamá. Aprendimos que no debemos dejar que el miedo nos detenga y que la valentía puede abrirnos puertas inesperadas", respondió Estiven. Juntos, caminaron de regreso a casa, con el corazón lleno de lecciones aprendidas.

FIN.

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