Estrella de Luz
Había una vez en un pequeño pueblo costero, una estrella llamada Estrellita que brillaba más que ninguna otra en el cielo. Estrellita era curiosa y siempre soñaba con explorar el mundo más allá de su lugar en el firmamento.
Un día, decidió bajar a la tierra para vivir grandes aventuras. Al mismo tiempo, en una humilde casa del pueblo, vivía la Virgen María, una mujer amable y generosa que cuidaba de todos los habitantes con amor y bondad.
Un día, mientras caminaba por la playa, encontró a Estrellita brillando en la arena. - ¡Oh, qué hermosa eres! -exclamó la Virgen María sorprendida-.
¿Cómo es que has bajado del cielo? Estrellita le contó su deseo de explorar el mundo y la Virgen María sonrió comprensiva. - Te ayudaré a cumplir tu sueño -dijo bondadosamente-. Vamos juntas a buscar un barco que nos lleve a descubrir nuevos horizontes.
Así fue como Estrellita y la Virgen María emprendieron su viaje en busca de aventuras. Encontraron un viejo barco abandonado en la orilla y decidieron arreglarlo para zarpar hacia lo desconocido.
Mientras reparaban las velas rasgadas con una tela encontrada entre las rocas, un misterioso personaje se les acercó. Era el Diablo, quien había estado observando desde lejos con envidia el valor y la determinación de Estrellita y la Virgen María. - ¿Qué hacen ustedes dos aquí? -preguntó el Diablo con malicia-.
No permitiré que cumplan sus sueños tan fácilmente. Pero Estrellita brilló intensamente e iluminó alrededor al Diablo, mostrándole que no podía hacerles daño si estaban juntas y llenas de bondad. - Con amor y valentía superaremos cualquier obstáculo -dijo decidida la Virgen María-.
No teman, vamos a seguir adelante. El Diablo intentó detenerlas lanzando vientos fuertes y olas gigantes contra el barco, pero Estrellita guiaba con su luz el camino seguro entre las aguas turbulentas.
La tela servía como protección contra los embates del mar enfurecido mientras avanzaban hacia lo desconocido. Finalmente, después de sortear todas las adversidades gracias a su valentía y solidaridad, llegaron a una isla mágica llena de tesoros escondidos.
Allí encontraron paz y felicidad compartiendo sus dones con los habitantes del lugar. El Diablo observaba desde lejos arrepentido de haber intentado detenerlas sin éxito.
Aprendió entonces que no hay fuerza más poderosa que el amor puro y desinteresado que guiaba los pasos de Estrellita y la Virgen María. Y así fue como juntos vivieron muchas aventuras más explorando nuevos mundos llenos de magia y enseñanzas para todos aquellos dispuestos a creer en sí mismos y en el poder del amor verdadero.
FIN.