Estrella, la estrella de Chispa



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Estrella. Estrella era una niña alegre y curiosa, pero tenía un sueño muy especial: quería tener un perrito al que pudiera llamar su compañero fiel.

Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, Estrella escuchó un ladrido muy débil proveniente de unos arbustos. Al acercarse, encontró a un pequeño cachorro temblando de frío y con los ojos tristes.

Sin dudarlo ni un segundo, lo tomó entre sus brazos y decidió llevarlo a casa. Cuando llegaron a su hogar, Estrella le dio el nombre de Chispa al perrito porque sus ojitos brillaban como estrellas en la noche.

Desde ese momento, Chispa se convirtió en el mejor amigo de Estrella. Juntos jugaban todo el día y se cuidaban mutuamente. Sin embargo, había algo que preocupaba mucho a Estrella: Chispa no podía caminar correctamente debido a una lesión en su patita trasera.

Esto entristecía mucho a la niña porque sabía que Chispa deseaba correr libremente y jugar como los demás perros.

Un día, mientras Estrella veía cómo Chispa intentaba moverse torpemente por el jardín, recordó haber escuchado sobre un famoso veterinario que visitaría el pueblo para realizar consultas gratuitas. Con esperanza en su corazón, decidió llevar a Chispa para ver si había alguna manera de ayudarlo.

Llegaron temprano al lugar donde se realizaba la consulta veterinaria y tuvieron que esperar varias horas junto con otros dueños de mascotas. Finalmente, llegó el turno de Estrella y Chispa. El veterinario examinó cuidadosamente a Chispa y explicó que su patita tenía una lesión grave que requería cirugía.

Estrella se sintió desanimada al escuchar esto, ya que no tenía el dinero suficiente para pagar la operación. Pero el veterinario, con una sonrisa en su rostro, le dijo: "No te preocupes, Estrella. Tu amor por Chispa es lo más importante.

Haré la cirugía de forma gratuita". Estrella no podía creer lo que estaba escuchando. Agradecida y emocionada, abrazó al veterinario mientras lágrimas de felicidad recorrían sus mejillas. Después de la exitosa cirugía, Chispa comenzó a recuperarse poco a poco.

Estrella se aseguraba de seguir todas las indicaciones del veterinario para ayudar en su rehabilitación. Con el tiempo, Chispa pudo caminar nuevamente sin dificultad y correr como cualquier otro perro feliz.

Estrella estaba llena de alegría al ver cómo su amado compañero había superado todas las dificultades gracias al amor incondicional que le brindaron. Desde aquel día, Estrella decidió estudiar medicina veterinaria para poder ayudar a otros animales necesitados como lo hicieron con Chispa aquella vez.

Y así fue como Estrella encontró en Chispa no solo un compañero fiel sino también una inspiración para perseguir sus sueños y hacer del mundo un lugar mejor para todos los seres vivos. Fin

FIN.

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