Estrella, la luz del bosque


En un hermoso bosque encantado vivía un caballo muy especial llamado Estrella. Estrella era conocido por su gran corazón y su deseo de ayudar a los demás animales del bosque en todo lo que pudiera.

Siempre estaba dispuesto a brindar una sonrisa, una palabra amable o un gesto de solidaridad. Un día, mientras paseaba por el bosque, Estrella se encontró con un abuelo triste y solitario que se sentaba en un banco bajo la sombra de un árbol.

El abuelo parecía necesitar ayuda, así que Estrella se acercó trotando hasta él. "Hola, señor abuelo. ¿Cómo estás hoy?" preguntó amablemente Estrella. El abuelo levantó la mirada sorprendido al ver al caballo hablar y sonrió débilmente.

"Hola, querido caballo. Estoy un poco triste porque extraño a mi familia. Hace mucho tiempo que no los veo y me siento solo aquí en el bosque".

Estrella sintió compasión por el abuelo y decidió hacer algo para alegrarlo. Con suavidad, le ofreció montarse sobre su lomo para llevarlo a dar un paseo por el bosque. "¡Sube, señor abuelito! Te llevaré a recorrer este hermoso lugar", dijo Estrella con entusiasmo.

El abuelo aceptó la invitación y juntos emprendieron un maravilloso viaje por el bosque. Mientras caminaban entre los árboles frondosos y escuchaban el canto de los pájaros, el abuelo comenzó a sentirse más feliz y lleno de vida.

"¡Qué maravilla es este lugar! ¡Gracias, querido caballo, por traerme tanta felicidad!", expresó emocionado el abuelito. Estrella relinchó contento al escuchar las palabras de gratitud del abuelito. Se sentía feliz de haber podido alegrarle el día con tan simple gesto de amor y solidaridad.

A medida que avanzaban en su paseo, encontraron otros animales del bosque que también necesitaban ayuda: una ardilla perdida buscando su hogar, un conejo asustado por una tormenta cercana y un pajarito con alas lastimadas que no podía volar.

Estrella no dudaba en brindarles apoyo a todos ellos: guiando a la ardilla hacia su madriguera, protegiendo al conejo bajo sus patas del mal tiempo e incluso llevando al pajarito herido hasta una fuente para sanarlo con agua fresca.

Al finalizar el día, cuando ya caía la tarde y todos los animales habían sido ayudados gracias a la bondad de Estrella, el caballo se despidió del abuelito con cariño antes de regresar al claro donde vivía.

"Gracias por enseñarme lo importante que es ser solidario y ayudar a quienes nos rodean", dijo emocionadamente el anciano mientras acariciaba la cabeza del noble caballo.

Con una última mirada llena de gratitud, tanto Estrella como el abuelito comprendieron que la verdadera felicidad reside en compartir amor y cuidado con aquellos que nos rodean. Y así terminó ese mágico día en el bosque encantado donde la solidaridad reinaba entre todos sus habitantes gracias al ejemplo inspirador del valiente caballo llamado Estrella.

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