Estrellas Unidos



Había una vez dos amigas llamadas Sofía y Lucía. Ellas eran inseparables y siempre estaban juntas, compartiendo risas y aventuras. Un día, se enteraron de que en el colegio iban a realizar una competencia de talentos.

Sofía era una excelente bailarina y había estado practicando durante mucho tiempo para mostrar su increíble habilidad en la danza. Por otro lado, Lucía tenía una hermosa voz y soñaba con cantar en el escenario.

Ambas estaban emocionadas por participar en la competencia, pero también un poco preocupadas porque sabían que solo una de ellas podría ganar. A pesar de eso, decidieron apoyarse mutuamente y hacer todo lo posible para brillar en sus respectivas presentaciones.

El día del evento finalmente llegó. El teatro estaba lleno de padres orgullosos y estudiantes emocionados. Sofía fue la primera en subir al escenario, con gracia y elegancia comenzó a bailar al ritmo de la música.

Su coreografía era impecable y todos quedaron maravillados por su talento. Cuando Sofía terminó su presentación, el público aplaudió entusiasmado. Pero justo cuando pensaba que había asegurado la victoria, Lucía apareció detrás del telón listo para impresionar a todos con su voz angelical.

Lucía cerró los ojos e inició su canción lentamente mientras las notas salían de su boca como si fueran pétalos de flores flotando en el aire. La audiencia quedó hipnotizada por su melodiosa interpretación.

El jurado tuvo dificultades para tomar una decisión porque ambas amigas habían dejado una impresión duradera. Después de un largo tiempo de deliberación, finalmente anunciaron que era un empate. Sofía y Lucía se miraron sorprendidas y luego estallaron en risas.

Estaban felices de haber compartido ese momento especial juntas y no les importaba el resultado. Desde aquel día, las dos amigas siguieron persiguiendo sus sueños artísticos. Sofía se convirtió en una reconocida bailarina profesional y Lucía comenzó a cantar en festivales locales.

A lo largo de los años, su amistad solo se hizo más fuerte. Juntas enfrentaron desafíos y celebraron éxitos, siempre apoyándose mutuamente en cada paso del camino. La competencia fue solo el comienzo de una increíble aventura para Sofía y Lucía.

Aprendieron que la verdadera victoria no estaba en ganar una competencia, sino en el amor, la amistad y la pasión por lo que uno hace.

Y así, estas dos talentosas amigas demostraron al mundo que cuando trabajamos juntos y nos apoyamos unos a otros, todos podemos brillar como estrellas.

FIN.

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