Estrellas y Amistad


Había una vez un grupo de amigos muy divertidos que vivían en un pequeño pueblo costero de Argentina. Siempre estaban buscando nuevas aventuras y formas de pasar el tiempo juntos.

Una noche, decidieron organizar una fiesta en la playa para celebrar el inicio del verano. Querían disfrutar de música, diversión y buena compañía bajo las estrellas.

Cada uno tenía una tarea asignada: Juan se encargaría de la música, Martina sería la encargada de la comida y bebida, Sofía prepararía juegos para todos y Pedro se ocuparía de armar una fogata. La noche llegó y los amigos se encontraron en la playa con todo listo para comenzar la fiesta.

La música empezó a sonar y todos bailaban al ritmo contagioso. Las risas llenaban el aire mientras jugaban vóley playa y construían castillos de arena. De repente, un fuerte viento comenzó a soplar y las olas del mar crecieron rápidamente.

Los amigos miraron preocupados cómo sus pertenencias eran arrastradas por el agua. Martina gritaba asustada mientras veía cómo su comida desaparecía entre las olas. "¡Oh no! ¡Toda nuestra comida se ha ido!"- exclamó Martina con lágrimas en los ojos. "No te preocupes, Martina.

Vamos a encontrar una solución"- dijo Juan tratando de calmarla. Sofía tuvo una idea brillante: recordó que cerca había un mercado abierto hasta tarde donde podrían comprar más comida. Todos corrieron hacia allí lo más rápido que pudieron.

Cuando llegaron al mercado, descubrieron que estaba cerrado debido a una fiesta local. Parecía que la suerte no estaba de su lado esa noche. "¿Y ahora qué haremos?"- preguntó Pedro con preocupación.

En ese momento, un anciano que había escuchado su conversación se acercó y les dijo: "Tengo una idea. En mi casa tengo algunos alimentos que podrían compartir".

Los amigos siguieron al anciano hasta su humilde hogar y, para su sorpresa, encontraron una mesa llena de deliciosos platos típicos argentinos. El anciano los invitó a quedarse y disfrutar de la comida juntos. Mientras compartían el festín, el grupo aprendió sobre la importancia de ser solidarios y ayudarse mutuamente en momentos difíciles.

Aprendieron que las cosas materiales pueden irse, pero lo más importante es contar con buenos amigos en quienes confiar. La noche continuó con música improvisada por Juan usando instrumentos caseros hechos por el propio anciano.

Todos cantaron y bailaron alrededor de la fogata mientras compartían historias divertidas y se reían juntos. Al finalizar la noche, los amigos se despidieron del anciano agradeciéndole por su generosidad.

Prometieron mantener viva la lección aprendida esa noche: siempre estar allí para apoyarse mutuamente sin importar las circunstancias. Desde entonces, cada vez que organizaban una fiesta en la playa recordaban esa noche especial donde descubrieron el verdadero valor de la amistad y cómo superar cualquier obstáculo cuando están juntos.

Y así, siguieron creando recuerdos inolvidables bajo las estrellas junto al sonido del mar.

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