Estrellita en busca de la Luna en el oscuro cielo


Había una vez una pequeña estrellita llamada Estrellita, que vivía en lo más alto del cielo. Estrellita siempre había soñado con acercarse a la hermosa Luna, pero no sabía cómo hacerlo.

Una noche, cuando el cielo estaba oscuro y estrellado, Estrellita decidió emprender un viaje para encontrar a la Luna. - ¡Estoy decidida a encontrar a la Luna y pedirle que me enseñe sus secretos! - exclamó Estrellita, brillando con determinación.

En su viaje, Estrellita se encontró con sus amigas las estrellas, que le advertían sobre los desafíos y peligros que enfrentaría en su búsqueda. Pero Estrellita no se amedrentó y siguió adelante. Durante su travesía, conoció al amigable Cometa, quien le ofreció su ayuda.

- Te puedo llevar más cerca de la Luna, pero necesitaré de tu brillo para lograrlo - le dijo el Cometa a Estrellita. Juntos surcaron el cielo, esquivando nubes y superando obstáculos. Finalmente, alcanzaron la Luna. - ¡Luna, Luna! - llamó Estrellita, nerviosa pero emocionada.

La Luna, con su luz suave y amable, se acercó a Estrellita. - ¿Qué te trae hasta aquí, pequeña estrellita? - preguntó la Luna con curiosidad.

Estrellita le contó sobre su deseo de conocer sus secretos y aprender de su luz. La Luna, con una sonrisa, le dijo a Estrellita: - Cada estrella tiene su propio brillo especial, y el tuyo es único. No necesitas mi luz para brillar, ya lo haces por ti misma.

Estrellita comprendió que no necesitaba ser como la Luna, sino que debía aprender a valorar su propio brillo. Con esta lección en el corazón, regresó al cielo junto al Cometa, agradecida por su viaje y la sabiduría que había adquirido.

Desde entonces, Estrellita brillaba con más confianza y alegría, sabiendo que su luz era especial y única. Y cada noche, en el oscuro cielo, su destello enseñaba a los demás que cada estrella, al igual que ella, tiene su propio brillo único y valioso.

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