Estrellita, la estrella que hablaba



Había una vez en el inmenso cielo nocturno, una estrella muy especial llamada Estrellita. A diferencia de las demás estrellas, Estrellita tenía el poder mágico de hablar. Vivía en lo más alto del firmamento y desde allí observaba y cuidaba a los habitantes de la Tierra.

Una noche, Estrellita escuchó el llanto de Sofía, una niña preocupada por sus problemas en la escuela. Entonces, decidió bajar del cielo para ayudarla. Al aterrizar en el jardín de Sofía, la estrella brilló con intensidad y cobró vida.

- ¡Hola, Sofía! Soy Estrellita, la estrella que habla -dijo con una dulce voz centelleante.

Sofía se sorprendió al ver a la estrella hablar y brillar en la oscuridad. Estrellita le explicó que había venido para ayudarla a superar sus temores y preocupaciones. Juntas pasaron una maravillosa noche charlando y compartiendo historias.

Al amanecer, Estrellita tomó la mano de Sofía y la llevó de regreso a su habitación. Antes de desaparecer en el cielo, le susurró: - Recuerda, Sofía, siempre hay luz y esperanza, incluso en los momentos más oscuros. Confía en ti misma y en tu brillante interior.

Desde ese día, Estrellita visitaba a Sofía y a otros niños para brindarles consejos y alegría. Les enseñaba la importancia de la amistad, la confianza en sí mismos y la magia de los sueños. Sus visitas llenaban de ilusión y valentía los corazones de los pequeños.

Un día, la estrella les advirtió sobre un eclipse lunar que oscurecería la noche. Los niños, con la sabiduría transmitida por Estrellita, organizaron una fiesta con linternas y velas para iluminar el cielo y vencer la oscuridad.

El eclipse sorprendió a todos, pero la unión y la determinación de los niños lograron disipar las sombras. Así, Estrellita les enseñó que juntos pueden superar cualquier adversidad.

Con el paso del tiempo, los consejos de Estrellita llenaron de coraje y bondad a toda la comunidad. La estrella que hablaba se convirtió en un símbolo de esperanza y amor para grandes y chicos. Y desde el cielo, cada noche, su voz se escuchaba susurrando palabras de aliento y cariño a quienes necesitaban un poco de luz en sus vidas.

FIN.

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