Estrellitas Brillantes
Había una vez, en un lejano rincón del universo, un grupo de estrellas que vivían juntas en la galaxia Estrellina. Eran las estrellas más brillantes y hermosas de todo el cosmos.
Un día, mientras paseaban por el infinito espacio, vieron algo diferente: la Tierra. Las estrellas se acercaron curiosas y quedaron maravilladas al ver tantas luces y adornos que anunciaban la llegada de Jesús.
Se emocionaron tanto que decidieron hacer algo especial para celebrar este acontecimiento tan importante. Una de las estrellas, llamada Estrellita Traviesa, tuvo una idea genial. Les propuso a sus amigas que cada una buscara un regalo especial para los humanos en honor al nacimiento de Jesús.
Todas aceptaron emocionadas y comenzaron su misión. La primera en partir fue Estrellita Brillante. Recorrió el cielo nocturno buscando algo único y valioso para obsequiar a los humanos.
De repente, vio cómo una luna llena iluminaba un camino oscuro donde se encontraba un niño perdido. Sin dudarlo, decidió convertirse en esa luz guía para ayudar al pequeño a encontrar su hogar.
Mientras tanto, Estrellita Risueña volaba por encima de los campos llenos de flores silvestres cuando escuchó risas y alegría provenientes de un parque cercano. Se acercó sigilosamente y descubrió a unos niños jugando con tristeza porque no tenían juguetes nuevos como otros niños.
Sin pensarlo dos veces, decidió transformarse en el juguete más divertido y colorido que jamás hubieran visto. Por otro lado, Estrellita Curiosa se había adentrado en el océano. Allí encontró a un grupo de pescadores cansados y desanimados porque no habían tenido suerte en su jornada de pesca.
Decidió convertirse en una estrella marina brillante y guiar a los pescadores hacia la mejor zona para atrapar abundantes peces. Finalmente, Estrellita Soñadora volaba por encima de una aldea donde vivía una familia muy humilde.
Al mirar por la ventana, vio cómo los padres luchaban por darle comida a sus hijos. Sin pensarlo dos veces, decidió transformarse en un árbol frutal lleno de deliciosas manzanas para que nunca les faltara alimento. Las estrellas cumplieron con su misión y regresaron al cielo satisfechas.
Pero lo más sorprendente fue descubrir que cada uno de sus regalos había dejado huella en el corazón de los humanos.
El niño perdido encontró su hogar gracias a la luz guía, los niños jugaron felices con el juguete mágico, los pescadores tuvieron éxito en su pesca gracias a la estrella marina y la familia humilde pudo alimentarse gracias al árbol frutal.
Las estrellas comprendieron entonces que los regalos más valiosos no son aquellos materiales, sino aquellos que vienen del corazón y hacen felices a las personas. A partir de ese día, decidieron seguir iluminando el cielo nocturno para recordarnos lo importante que es compartir nuestro amor y alegría con quienes nos rodean.
Y así, cada vez que mires al cielo y veas una estrella brillar, recuerda que en algún lugar del universo, hay un grupo de estrellas dispuestas a regalarte su luz y amor.
Porque todos podemos ser como ellas, pequeñas estrellas que iluminan el mundo con nuestras acciones. Fin.
FIN.