Evelyn y el Valor de la Amistad



En un pequeño pueblo llamado Valle Alegre, vivía una niña llamada Evelyn. A pesar de ser bastante grosera y perezosa, había algo especial en ella: valoraba mucho las cosas que realmente le importaban, como su colección de figuras de acción y sus golosinas. Todos en el pueblo conocían su carácter difícil, pero pocos se atrevían a decirle algo.

Un día, Evelyn se encontraba en su casa, rodeada de sus juguetes. Estaba muy cómoda en su sillón y no tenía ganas de salir ni a jugar. "¿Para qué? si prefiero quedarme aquí," pensó mientras mascaba un caramelo.

"¡Evelyn!" gritó su amiga Laura desde la puerta. "¡Vamos a la plaza a jugar!"

"No quiero. No tengo ganas. Lárgate, Laura." Contestó Evelyn sin darle importancia.

Laura, triste por la respuesta, decidió irse sola. Mientras tanto, en la plaza, había un gran evento: una competencia de volteretas y acrobacias. Todos los niños del pueblo estaban entusiasmados, y el ganador recibiría un gran premio.

Al día siguiente, Evelyn escuchó a sus amigos hablar sobre la competencia. "No puedo creer que se estén divirtiendo sin mí," pensó enojada. "Además, ¡todos quieren ganar ese premio!" De pronto, Evelyn se dio cuenta de que había sido injusta con Laura y sus amigos solo por su pereza.

"Tal vez debería salir a jugar un rato. Puede que me divierta." Dijo para sí misma.

Evelyn se vistió rápidamente y salió por la puerta. Al llegar a la plaza, vio a Laura, que estaba haciendo una voltereta impresionante.

"¡Wow, Laura! Eso fue genial." Dijo Evelyn, sintiendo un pequeño atisbo de admiración.

Laura se dio vuelta, sorprendida de escuchar algo positivo de Evelyn.

"¿De verdad lo creés, Evelyn?" Preguntó con una sonrisa.

"Mmm… sí. Ahora quiero intentar." Dijo Evelyn aún un poco a regañadientes.

Evelyn se unió a sus amigos, aunque al principio no le salió bien y hasta se cayó un par de veces. Pero poco a poco, con el apoyo de Laura y de los demás, comenzó a mejorar. Fue entonces cuando algo extraordinario sucedió.

En un giro inesperado, la competencia dejó de ser solo una lucha por el premio, y se convirtió en un juego en equipo. Evelyn se dio cuenta de que no estaba jugando sola y que esos momentos juntos importaban más que cualquier premio.

Cuando llegó el momento de anunciar al ganador, todos esperaban ansiosos. El jurado, emocionado por el entusiasmo de los niños y su trabajo en equipo, decidió otorgar un premio especial a todos, ¡por su espíritu de amistad y colaboración!

Evelyn sintió una calidez en su corazón. Aunque no ganó un premio individual, la alegría de compartir y divertirse con sus amigos superó cualquier otro triunfo.

"Gracias por hacerme sentir parte de esto, chicos. No me di cuenta de cuánto los extrañaba." Dijo Evelyn, con una sonrisa sincera por primera vez.

Laura le dio un abrazo.

"Siempre estaremos aquí, Evelyn. Te queremos."

Evelyn aprendió que ser grosera, perezosa y cruel no la hacía feliz, y que el verdadero valor de la vida se encontraba en la amistad y la diversión en grupo. Desde entonces, se propuso ser una mejor amiga, y aunque a veces le costaba, lo intentaba cada día.

Así, el pueblo de Valle Alegre no solo ganó un evento divertido, sino que también ganó una nueva Evelyn que se esforzaba por ser mejor y llevaba alegría a todos los rincones. Esa fue la verdadera recompensa.

FIN.

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