Everly y la lucha por la justicia



En un pequeño pueblo industrial de la época de la revolución, vivía una niña llamada Everly junto a sus padres.

Su madre estaba muy enferma y su padre trabajaba largas horas en la fábrica para poder mantener a la familia. Everly, a pesar de ser muy joven, ayudaba a su padre en el taller con las máquinas.

Un día, mientras Everly y su padre estaban ocupados en el taller, recibieron la triste noticia de que la madre había fallecido. La niña sintió un profundo dolor en su corazón al perder a su querida mamá.

Sin embargo, antes de partir, la madre dejó un mensaje escrito para Everly: "Querida hija, recuerda siempre que todos los seres humanos tenemos derechos inalienables: el derecho a ser libres, el derecho a recibir amor y respeto, y el derecho a luchar por nuestros sueños. Nunca olvides quién eres y nunca renuncies a tus principios".

Everly guardó con cuidado ese mensaje en su corazón y decidió seguir adelante con valentía y determinación. A pesar del dolor por la pérdida de su madre, continuó trabajando junto a su padre en el taller.

Un día, mientras realizaba una tarea cerca de las máquinas peligrosas, un accidente ocurrió y Everly resultó herida. Su padre corrió hacia ella angustiado: "-¡Everly! ¿Estás bien?" -preguntó preocupado. La niña asintió con valentía: "-Sí papá, solo es un rasguño. Estoy bien".

Sin embargo, algo dentro de ella había cambiado. Recordando las palabras de su madre sobre los derechos humanos fundamentales, se dio cuenta de que también tenía derecho a estar segura en su lugar de trabajo.

Decidió hablar con su padre sobre mejorar las condiciones laborales en la fábrica para evitar futuros accidentes. "-Papá", comenzó Everly con determinación "-creo que debemos asegurarnos de que todos los trabajadores estén protegidos mientras realizan sus labores aquí".

Su padre escuchó atentamente las palabras de Everly y se sintió orgulloso de la valentía y sabiduría que demostraba su hija tan joven.

Juntos idearon medidas para garantizar la seguridad en el trabajo: instalaron protectores alrededor de las máquinas peligrosas, proporcionaron equipos adecuados para cada tarea y organizaron capacitaciones sobre prevención de accidentes. Con el tiempo, las condiciones laborales mejoraron no solo para ellos dos sino también para todos los trabajadores del taller.

Everly comprendió entonces que luchar por los derechos fundamentales no solo era importante para ella misma sino también para aquellos que compartían ese espacio. La historia de Everly se difundió por todo el pueblo como un ejemplo inspirador de valentía y perseverancia ante las adversidades.

La niña aprendió que cada ser humano tiene derechos inherentes que deben ser respetados y protegidos.

Y así fue como Everly honró la memoria de su madre llevando consigo sus enseñanzas sobre los derechos del ser humano donde quiera que fuera; recordando siempre que todos merecen vivir con dignidad y justicia.

FIN.

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