Explorando Europa con Aroa


Aroa, su mamá y su tía Thalia estaban emocionadas por realizar un viaje juntas a París, Berlín y Londres.

Aroa, una niña curiosa de 7 años, no podía contener la emoción de conocer lugares nuevos y aprender sobre diferentes culturas. El primer destino fue París, la ciudad del amor y las luces. Al llegar, se dirigieron directamente a la Torre Eiffel. Aroa quedó maravillada al verla tan imponente frente a sus ojos.

"¡Mamá, tía Thalia, es gigante!", exclamó emocionada mientras sacaba fotos sin parar. Después de recorrer Montmartre y el Louvre, partieron hacia Berlín. Al llegar a la Puerta de Brandeburgo, Aroa no podía creer lo que veía.

"¡Es como en los libros de historia!", dijo asombrada mientras su mamá le explicaba la importancia de ese lugar. Una noche decidieron ir al Muro de Berlín.

Aroa escuchó atentamente las historias que su tía Thalia le contaba sobre la Guerra Fría y cómo ese muro dividió a un país entero. La pequeña entendió lo importante que es luchar por la paz y la unidad entre las personas.

El último destino fue Londres, donde visitaron el Palacio de Buckingham y pasearon por Hyde Park. Una tarde, mientras tomaban el té en un típico pub inglés, Aroa vio a un niño solo en una mesa cercana. Se acercó timidamente y comenzó a hablar con él en inglés.

Pronto se dieron cuenta de que tenían mucho en común y terminaron jugando juntos durante horas.

En cada ciudad aprendieron algo nuevo: en París descubrieron el arte y la belleza; en Berlín comprendieron la importancia de la historia y la unidad; y en Londres valoraron la amistad sin importar las diferencias. Al regresar a casa, Aroa le dijo a su mamá y tía Thalia: "Gracias por llevarme a este increíble viaje. He aprendido tanto y he vivido aventuras inolvidables".

Las tres se abrazaron con alegría sabiendo que esos momentos quedarían grabados para siempre en sus corazones.

Y así terminó el maravilloso viaje lleno de enseñanzas para Aroa, quien desde entonces soñaba con seguir explorando el mundo y aprendiendo nuevas cosas en cada rincón que visitara.

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