Eze y el torneo del barrio
Eze era un niño muy inteligente y divertido, pero tenía un gran miedo: jugar al basket.
A pesar de que le encantaba ver a su hermano mayor practicar y jugar partidos, siempre se quedaba en la banca cuando sus amigos jugaban en el parque. Un día, Eze escuchó sobre un torneo de basket que se iba a realizar en su barrio.
Su corazón latió más rápido al pensar en la posibilidad de jugar junto a sus amigos, pero también sintió mucho miedo. "No sé si puedo hacerlo", pensó Eze para sí mismo. Pero entonces recordó algo que su mamá siempre le decía: "Nunca sabrás si puedes hacer algo hasta que lo intentes".
Con esa frase resonando en su cabeza, Eze decidió desafiar sus miedos y participar del torneo. Comenzó a entrenarse todos los días después de la escuela con su hermano mayor y practicaba tiros libres con sus amigos del barrio.
La noche antes del torneo, Eze estaba muy nervioso. No podía dormir pensando en todo lo que podría salir mal. Pero luego recordó otra cosa que su mamá solía decirle: "Siempre hay una oportunidad para aprender algo nuevo".
Así que decidió enfocarse en aprender todo lo posible durante el torneo, sin importar el resultado final. El día del torneo llegó y Eze se encontró cara a cara con su mayor miedo.
Sin embargo, comenzó a sentirse más confiado cuando vio a todos los demás niños jugando juntos y divirtiéndose. "Vamos Eze ¡tú puedes!" gritaron sus amigos desde las gradas. Eze tomó una respiración profunda y entró a la cancha.
Al principio, se sintió un poco torpe y nervioso, pero luego comenzó a disfrutar del juego. Aprendió de sus errores y se divirtió mucho jugando con sus amigos. El equipo de Eze no ganó el torneo, pero eso no importaba. Eze había desafiado sus miedos y aprendido algo nuevo.
Ahora sabía que podía hacerlo si se lo proponía. "Gracias por animarme a jugar chicos", dijo Eze mientras se tomaba fotos con su equipo después del partido. "¡No hay problema! ¡Te vimos divertirte allí afuera!" le contestaron sus amigos.
Desde ese día en adelante, Eze nunca tuvo miedo de jugar al basket nuevamente. Se dio cuenta de que desafiar tus miedos puede ser difícil al principio, pero siempre vale la pena intentarlo.
FIN.