Facundo y la nota roja



Facundo era un niño chiquito, con ojos grandes y brillantes como luciérnagas. Le encantaba jugar al fútbol en el patio de la escuela y siempre estaba rodeado de amigos.

Pero un día, Facundo recibió una nota roja en su cuaderno de matemáticas. Al verla, sintió un nudo en el estómago y sus ojos se llenaron de lágrimas. - ¡Ay, no! ¡Sacar un rojo es lo peor que me podría pasar! - exclamó Facundo, desanimado.

Pero su maestra, la Seño Laura, se acercó a él con una sonrisa comprensiva. - Facundo, sé que no estás contento con esta nota, pero quiero que sepas que no define quién eres. Todos cometemos errores y lo importante es aprender de ellos.

Facundo asintió lentamente, sintiendo un poco de alivio. Decidió pedir ayuda a su amigo Mateo, un crack en matemáticas. Juntos, estudiaron mucho y practicaron los problemas hasta entenderlos a la perfección.

Finalmente, llegó el día de la próxima prueba y Facundo se esforzó al máximo. La maestra entregó las notas y esta vez, cuando Facundo abrió su cuaderno, vio una hermosa nota azul brillante. - ¡Lo logré! - gritó, saltando de alegría.

Desde ese día, Facundo entendió que las dificultades podían superarse con esfuerzo y perseverancia, y que una nota roja no determinaba su valía. Siempre recordaría la lección de la Seño Laura y la ayuda de su amigo Mateo.

A partir de entonces, se convirtió en un ejemplo para sus compañeros, inspirándolos a no rendirse ante los desafíos. Y así, Facundo demostró que con voluntad y apoyo, cualquier obstáculo podía superarse.

FIN.

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