Farruko, el héroe de Villa Reggaetón



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Reggaetón, un joven llamado Farruko. Farruko era conocido por su valentía y astucia, siempre dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, la abuela de Farruko le pidió que le llevara una cesta con comida ya que se encontraba enferma. Farruko se puso su gorra roja favorita y emprendió el camino hacia la casa de su abuela, atravesando el bosque tropical que rodeaba Villa Reggaetón.

Mientras caminaba entre los árboles frondosos, Farruko escuchó unos pasos detrás de él. Se dio vuelta y vio a un lobo feroz que lo observaba con ojos hambrientos. - ¡Hola, Farruko! ¿A dónde vas tan apurado? -dijo el lobo con voz astuta.

Farruko, recordando las historias que había escuchado sobre lobos peligrosos en el bosque, decidió ser inteligente y no revelar a dónde se dirigía realmente. - Voy a visitar a mi abuela para llevarle esta cesta con comida.

Debo apurarme para que llegue antes de que se ponga el sol -respondió Farruko con cautela. El lobo sonrió maliciosamente y pensó en un plan para llegar antes que Farruko a la casa de la abuela y hacerse pasar por él.

Mientras tanto, Farruko continuó su camino sin sospechar las intenciones del lobo. Al llegar a la casa de su abuela, tocó la puerta y entró.

Para sorpresa de Farruko, encontró al lobo disfrazado con la ropa de su abuela en la cama. - ¡Abuelita! ¡Qué ojos tan grandes tienes! -exclamó Farruko extrañado por la apariencia del lobo. - Es para verte mejor, querido... -respondió el lobo tratando de imitar la voz dulce de la abuela.

Farruko notó algo sospechoso e intuyendo el engaño del lobo decidió actuar rápidamente. Con valentía y destreza logró atrapar al lobo antes de que pudiera hacerle daño a su querida abuela.

Finalmente, llegaron los guardabosques del pueblo al escuchar los gritos provenientes de la casa y lograron capturar al lobo malvado. La abuela estaba ilesa gracias a la valentía y astucia de Farruko. Desde ese día en adelante, Farruko fue reconocido como un héroe en Villa Reggaetón.

Aprendieron juntos sobre la importancia de ser precavidos ante extraños y cómo enfrentar los peligros con inteligencia y valentía. Y así vivieron felices para siempre bajo el ritmo contagioso del reguetón en su pintoresco pueblo.

FIN.

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