Fátima y la Isla de los Valientes



Fátima se despertó en la mini isla y al abrir los ojos, vio a su alrededor agua azul cristalina y arena blanca. Se levantó asustada y comenzó a caminar por la playa, buscando una salida.

De repente, escuchó un ruido proveniente del mar y cuando miró hacia el agua, vio las aletas de los tiburones blancos acercándose. - ¡Ay, ayuda! ¡Tiburones! -gritó Fátima con miedo mientras corría por la orilla de la isla.

Los tiburones rodeaban la isla, impidiendo que Fátima pudiera escapar nadando. Entonces, recordó algo que su abuelo le había enseñado: "En situaciones difíciles, mantén la calma y piensa con claridad". Respiró hondo y decidió buscar una solución.

Caminando por la isla, Fátima encontró algunas ramas y cocos caídos. Recordando las historias de piratas que había escuchado en la escuela, tuvo una idea brillante. Comenzó a juntar ramas y hojas para construir una balsa.

Con paciencia y determinación, logró armarla lo suficientemente resistente para navegar. - ¡Vamos balsa, sálvame de los tiburones! -exclamaba Fátima mientras se subía con cuidado. Con valentía remaba alejándose de la isla rodeada de tiburones blancos.

Los depredadores marinos intentaban seguir su rastro pero no podían acercarse demasiado a la balsa sin quedar atrapados en aguas más someras. Después de remar durante horas bajo el intenso sol mexicano, finalmente divisaron un barco pesquero en el horizonte. Fátima agitaba los brazos desesperadamente y gritaba pidiendo ayuda.

El barco se acercó rápidamente y unos pescadores rescataron a Fátima justo a tiempo. - ¡Gracias por salvarme! -dijo Fátima entre lágrimas de alivio mientras abrazaba a sus salvadores.

De regreso en tierra firme, Fátima reflexionó sobre su aventura en alta mar rodeada de peligros. Aprendió que mantener la calma y pensar con claridad son fundamentales para superar situaciones difíciles. También comprendió la importancia de no rendirse ante los obstáculos y buscar soluciones creativas para resolver problemas.

Desde ese día, cada vez que veía el mar recordaba con orgullo cómo había enfrentado a los tiburones blancos y encontrado una manera ingeniosa de salir adelante.

Y aunque fue una experiencia escalofriante, se convirtió en un recuerdo inolvidable que le enseñaría valiosas lecciones para toda la vida.

FIN.

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