Feathers and Scales



Había una vez en Casa Pájaro, un pequeño pajarito llamado Pepito. Vivía felizmente junto a su familia en un hermoso nido construido entre las ramas de un árbol alto y frondoso.

Pepito era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, mientras volaba por el bosque, vio algo que le llamó la atención: una ciudad llena de serpientes. Era Serpiente Ciudad, famosa por ser habitada únicamente por estos reptiles.

Intrigado, Pepito decidió acercarse para explorar la ciudad. Al llegar, se dio cuenta de que las serpientes estaban tristes y desanimadas. No tenían amigos con quienes jugar ni alimentos suficientes para sobrevivir.

Pepito no pudo evitar sentir compasión por ellos y decidió hacer algo al respecto. Se acercó a la serpiente más cercana y le dijo:- Hola, ¿cómo te llamas? - Me llamo Sisi - respondió tímidamente la serpiente. - Mucho gusto, Sisi.

Soy Pepito - dijo el pajarito con una sonrisa amigable-. He venido aquí porque me di cuenta de que todos ustedes están tristes. ¿Qué les pasa? Sisi suspiró profundamente antes de responder:- Nos sentimos solos y desamparados.

No tenemos suficiente comida ni amigos con quienes compartir nuestras vidas. Pepito pensó durante unos segundos antes de tener una idea brillante:- ¡Ya sé! Podemos trabajar juntos para mejorar nuestra situación.

Yo puedo volar hacia otros lugares en busca de comida y tú puedes ayudarme a encontrarla en el suelo. Sisi parecía dudar, pero decidió confiar en Pepito y aceptar su propuesta. Juntos comenzaron a buscar comida por toda la ciudad. Pepito volaba alto mientras Sisi exploraba el suelo.

Poco a poco, la situación empezó a mejorar. Las serpientes ya no se sentían solas, pues tenían un amigo en Pepito que los visitaba todos los días. Además, ahora tenían suficiente comida para sobrevivir.

Un día, mientras buscaban comida cerca de un río, Pepito escuchó un ruido extraño proveniente de unos arbustos cercanos. Se acercó con cautela y descubrió que había una trampa colocada por cazadores furtivos. - ¡Sisi! ¡Tenemos que ayudar a estas serpientes atrapadas! - exclamó Pepito preocupado.

Trabajando juntos nuevamente, lograron liberar a todas las serpientes atrapadas en la trampa. Estas les estaban muy agradecidas y decidieron unirse al equipo de trabajo formado por Pepito y Sisi para ayudar aún más a Serpiente Ciudad.

Con el tiempo, Casa Pájaro y Serpiente Ciudad se convirtieron en aliados inseparables. Los pájaros llevaban semillas del bosque para plantar árboles en la ciudad y las serpientes protegían los nidos de Casa Pájaro de cualquier peligro.

Juntos lograron transformar Serpiente Ciudad en un lugar próspero y lleno de vida donde tanto aves como reptiles vivían felices y en armonía. La historia de Casa Pájaro y Serpiente Ciudad nos enseña que la unión y la colaboración pueden superar cualquier obstáculo.

Además, nos muestra que no importa nuestras diferencias, siempre podemos encontrar una manera de trabajar juntos y hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!