Federico, el Cisne Valiente
Había una vez un pequeño patito llamado Federico, que vivía en una granja junto a sus hermanos y hermanas. Desde que nació, todos se dieron cuenta de que era diferente al resto de los patitos.
Tenía un plumaje grisáceo y desordenado, mientras que sus hermanos eran blancos y suaves como algodones. Federico siempre se sentía triste y desanimado por ser diferente. Los demás patitos se burlaban de él y lo llamaban "el patito feo".
A pesar de las burlas, Federico siempre intentaba ser amable con los demás y hacer amigos. Un día, mientras caminaba cerca del estanque, Federico escuchó una voz dulce proveniente del agua.
Era Sofía, una hermosa cisne blanca que había quedado atrapada entre unas ramas. Sin pensarlo dos veces, el valiente Federico corrió hacia ella y la ayudó a liberarse. Sofía estaba muy agradecida por la ayuda de Federico y le dijo: "Eres el patito más valiente que he conocido.
No importa cómo te veas por fuera, lo importante es el corazón noble que tienes". Estas palabras llenaron de alegría a Federico y le dieron fuerzas para seguir adelante.
A partir de ese día, Sofía se convirtió en la mejor amiga de Federico. Juntos exploraban el estanque, jugaban al escondite entre las cañas y contaban historias bajo la luna llena. Un verano caluroso llegó a la granja y todos los animales empezaron a buscar formas para refrescarse.
El estanque se convirtió en el lugar favorito de todos y Federico decidió nadar junto a sus hermanos. Al verlo tan feliz, los demás patitos se dieron cuenta de que habían cometido un error al burlarse de él.
"Federico, nos hemos dado cuenta de lo especial que eres. Nos gustaría ser tus amigos y aprender a valorar la diversidad", dijo uno de los patitos arrepentido.
Federico aceptó las disculpas y con gusto les enseñó a nadar por el estanque. Todos disfrutaron del agua fresca y rieron juntos como nunca antes. A medida que pasaba el tiempo, Federico comenzó a notar algunos cambios en su plumaje.
El grisáceo empezaba a transformarse en un blanco resplandeciente, igual al de sus hermanos. Pronto descubrió que había nacido siendo un cisne, no un patito común. Lleno de felicidad por su verdadera identidad, Federico voló hacia el cielo junto a Sofía y los demás cisnes.
Desde ese día, vivió rodeado del amor y la aceptación de su nueva familia. La historia de Federico nos enseña que no importa cómo nos veamos por fuera, lo importante es cómo somos en nuestro interior.
Cada uno tiene algo especial para ofrecer al mundo y debemos aprender a valorarlo tanto en nosotros mismos como en los demás.
FIN.