Federico y la bruja de los colores



Había una vez en un pequeño pueblo llamado "Alegría", un flamenco muy especial llamado Federico. A diferencia de los demás flamencos, Federico tenía un hermoso plumaje multicolor que brillaba bajo el sol como si estuviera hecho de purpurina.

Federico vivía felizmente junto a sus amigos en una laguna rodeada de exuberante naturaleza. Todos los días, se levantaba temprano para hacer su rutina de ejercicios y practicar sus pasos de baile.

El flamenco amaba bailar, era su mayor pasión y siempre encontraba la felicidad al moverse al ritmo de la música. Un día, mientras Federico estaba ensayando en la orilla de la laguna, notó que algo extraño estaba sucediendo.

Los colores del paisaje parecían desvanecerse lentamente y todo se volvía gris y triste. Preocupado por lo que veía, decidió buscar respuestas. Caminando por el bosque, Federico se encontró con un sabio búho llamado Baltazar.

El búho le explicó que la magia y los colores del mundo estaban desapareciendo debido a una maldición lanzada por una malvada bruja llamada Esmeralda. Ella había robado todos los colores para sí misma porque no soportaba ver a otros seres disfrutarlos.

Determinado a devolverle la alegría y los colores al mundo, Federico decidió enfrentarse a Esmeralda. Con valentía y confianza en sí mismo, emprendió un largo viaje hasta llegar al oscuro castillo donde vivía la bruja.

Cuando Federico llegó al castillo, se encontró con Esmeralda y le explicó que todos los seres vivos merecían disfrutar de la belleza de la naturaleza y los colores. La bruja, furiosa por su atrevimiento, intentó hechizarlo para que desapareciera.

Pero Federico, con su agilidad y destreza en el baile, logró esquivar los hechizos de Esmeralda. Bailando al ritmo de una música alegre que resonaba en sus pensamientos, comenzó a llenar el castillo con colores vibrantes y brillantes.

Esmeralda quedó sorprendida al ver cómo su oscuro castillo se transformaba en un lugar lleno de vida y alegría. Finalmente comprendió lo importante que era compartir la felicidad con los demás. "Federico, has demostrado que el verdadero poder está en la alegría y la amistad", dijo Esmeralda arrepentida-.

"Prometo devolverle los colores al mundo y nunca más usar mis poderes para hacer daño". Federico sonrió sabiendo que había cumplido su misión. Regresó a su laguna junto a sus amigos flamencos y juntos celebraron el regreso de los colores a Alegría.

Desde ese día, Federico siguió bailando felizmente bajo el sol mientras todos admiraban su hermoso plumaje multicolor.

Y así fue como gracias al valor, la confianza en sí mismo y el amor por la naturaleza, Federico logró devolverle la felicidad no solo a su hogar sino también al mundo entero.

FIN.

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