Federico y su gran aventura en el baño
Federico era un niño curioso y valiente que siempre estaba listo para enfrentar nuevos desafíos. Un día, mientras jugaba con sus amigos, Federico sintió que su pancita empezaba a hacer ruiditos. Sabiendo lo que eso significaba, decidió encarar una de las mayores aventuras de su vida: ir solo al baño.
"Mamá, papá, ¡voy solo al baño!" anunció Federico con determinación. Su mamá Nati y su papá Martín se miraron entre ellos con asombro y luego comenzaron a celebrar en secreto, sabiendo que era un gran paso para su pequeño. Aunque estaban emocionados, trataron de no demostrarlo para no asustar a Federico.
Con pasitos decididos, Federico caminó hasta el baño y cerró la puerta detrás de él. Adentro, se puso de puntitas para alcanzar el inodoro, recordando todos los consejos que sus papás le habían dado. De repente, escuchó un ruido extraño afuera y se asustó un poco.
"¡Federico, todo está bien!" gritó Nati desde afuera. "Solo estamos celebrando tu valentía, querido." La voz de su mamá le dio seguridad a Federico, quien decidió seguir adelante. Una vez que hizo lo que tenía que hacer, tiró la cadena con orgullo y se lavó las manos como un verdadero campeón.
Cuando salió del baño, Nati y Martín lo recibieron con aplausos y abrazos. "¡Federico, estamos tan orgullosos de ti!" exclamó Nati, con los ojos brillantes de emoción. Martín asintió emocionado y agregó: "Eso fue genial, hijo. Has demostrado ser muy valiente". Federico sonrió ampliamente, feliz de haber superado su desafío. Desde ese día, nunca más dudó de su valentía y supo que podía lograr cualquier cosa que se propusiera.
Y así, Federico aprendió que, a veces, las cosas que parecen aterradoras al principio, pueden convertirse en grandes aventuras llenas de valentía y alegría.
FIN.