Felipe, el perro gourmet




Felipe era un perro muy especial. No le gustaba la comida de perro, prefería la comida de —"umanos" . Su dueña, Martina, intentaba alimentarlo con croquetas de buena calidad, pero Felipe siempre escapaba en busca de su deliciosa tentación.

Un día, mientras paseaba por el parque, Felipe olió un exquisito aroma a milanesas. Siguió su olfato y encontró a un grupo de niños que estaban teniendo un picnic.

Sin dudarlo, se acercó y comenzó a devorar todas las sobras de comida que encontró. Los niños, sorprendidos, comenzaron a reír y a jugar con el simpático perro. Martina, preocupada, buscó a Felipe por todos lados hasta que lo encontró compartiendo risas con los pequeños.

Descubrió que Felipe no buscaba la comida de —"umanos"  por capricho, sino porque quería estar cerca de las personas y sentirse parte de la diversión.

A partir de ese día, Martina decidió llevar a Felipe a pasear por el parque todos los días, donde el perro no solo disfrutaba de las delicias que encontraba, sino que también se convertía en el centro de atención de todos. Felipe descubrió que podía disfrutar de su comida favorita y al mismo tiempo hacer amigos.

Desde entonces, se convirtió en el perro más popular del barrio y Martina aprendió a entender las necesidades y deseos de su querido amigo animal.

FIN.

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